Me encanta cuando las cosas siguen su cauce natural y termina pasando lo que era lógico y de esperar. O por lo menos lógico y de esperar para aquellos que estaban analizando los acontecimientos de una forma objetiva sin dejarse influir por sentimentalismos, y que quizás precisamente por eso hicieron diagnósticos tan acertados que poco a poco se van cumpliendo.
Hace tiempo ya que algunos venían diciendo que esta mal
llamada crisis no era tal, o al menos no era una crisis más, si no que era una
de esas crisis llamadas sistémicas, que hacen que cuando sales de ellas no
vuelvas a lo de antes, si no que cuando lo haces el modelo económico ha cambiado,
y cuando esto ocurre cambia casi todo con él, la forma de entender el trabajo,
el consumo, o la sociedad en sí misma.
No se me ocurre nada que represente mejor ahora mismo el
cambio de modelo que estamos viviendo que el fenómeno de Blablacar. Está
triunfando de manera aplastante y lo está haciendo precisamente porque encaja a
la absoluta perfección en el nuevo modelo económico y social en el que ya hemos
empezado a entrar.
¿En que consiste este nuevo modelo? Bueno pues cada vez
conocemos más cosas de él y cada vez se va perfilando más, dejándonos ver hacia
donde nos estamos dirigiendo. La base fundamental del tema es, como ya se ha
escrito por ahí, que “la fiesta se ha terminado”, refiriéndose a que la era del
hiperconsumismo y megadesperdicio que se ha vivido en Occidente durante el último
medio siglo se ha agotado.
Se juntan dos fenómenos que hacen que esto irremediablemente
sea así, por un lado parece que por fin nos damos cuenta y aceptamos que los
recursos del planeta son los que son, y por otro se abre la posibilidad a
cientos de millones de personas procedentes de países emergentes a subirse a la
sociedad del consumo.Es decir, recursos limitados a repartir entre más gente,
esto hace que el megaderroche de las sociedades Occidentales vivido hasta la
fecha tenga que cortarse, y así está ocurriendo.
Bien, pues partiendo de esta base, empezamos a ver algunas
de las características del nuevo modelo, como por ejemplo, menos sentido del
individualismo, más sentido de la colectividad, más optimización de los
recursos, o menos consumismo materialista y más vivir experiencias nuevas, y
por supuesto muchísima conectividad entre la gente. No sé si se han dado
cuenta, pero Blablacar, representa todas y cada una de esas cosas.
Por eso Blablacar es un servicio 100% de los nuevos tiempos,
y triunfa especialmente entre la gente joven. Porque esa gente ha entendido a
la perfección de que va esto. Ya han aceptado que no van a vivir como lo
hicieron sus padres, y aquí no quiero entrar en si va a ser mejor o peor, lo
que va a ser sin duda es muy diferente.
Si en los 80 y los 90 lo que molaba era irse de viaje en el
coche nuevo, ahora lo que mola es irse de viaje compartiendo coche y conociendo
gente nueva. Lo de antes se basaba en el consumismo, lo de ahora se basa en
vivir experiencias nuevas.
Este fenómeno absolutamente imparable, no es ni mucho menos
una moda pasajera, y de la misma forma que ocurre con Blablacar, empieza a
ocurrir lo mismo con la vivienda, grupos de 3 o 4 personas que comparten piso
de forma permanente y que acaban siendo entre ellos su propia familia,
personalmente conozco ya algún caso.
Leí hace poco precisamente un artículo sobre esto, y una de
las cosas que decía es que esa gente estaba viviendo con menos recursos
materiales que sus padres, pero a la vez lo estaban teniendo más fácil para ser
felices.
Y si lo piensan tiene todo el sentido del mundo, porque la
felicidad humana depende mucho más de las relaciones con los demás que del
materialismo.
Por eso yo le diría a la gente joven que no se preocupen
demasiado cuando les dicen que van a vivir peor que sus padres. Que cambien la
palabra peor por la palabra “diferente”, y que piensen que seguramente es más
fácil encontrar la felicidad en una sociedad que se basa en la conectividad de
las personas, la optimización de los recursos y las vivencias de nuevas
experiencias, que en la sociedad vivida hasta ahora, donde parecía que lo más
importante era que nueva TV o pantalones de marca te acababas de comprar.
Nosotros, en el fondo, podremos ser más felices que ellos, o
quizás incluso lo estamos siendo ya.
FICHARA
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