Debo de confesarles que llevo unos días con una sensación
extraña. Ese tipo de sensación que tienes cuando empiezas a encajar piezas de
un puzle y ves en tu cabeza como va a quedar el resultado final.
Y es que cuanta más información procesa uno, más analiza lo
que ve y más ata unos cabos con otros, más claro ve lo que se viene encima. Son
un montón de variables complejas con multitud de factores cada una de ellas,
pero una cosa por encima de todo está clara: NADA VOLVERÁ A SER COMO ANTES.
Decía Carlos Barrabes el otro día que “No hay nada peor que
una generación de transición, y esta sin duda lo está siendo”. Y es que
ciertamente en la vida las cosas se ponen muy difíciles cuando esta te pilla
con el paso cambiado, cuando lo viejo está colapsando y lo nuevo aún no se ha
definido.
Personalmente hace tiempo que tengo una idea bastante clara
de cuáles son los cambios sociales que se van a producir en este S.XXI, y me
hago una idea en mi cabeza de un dibujo de lo que podrá ser la sociedad y la
forma de vida de la gente dentro de unos 150 años.
Pero eso lo dejaremos para otro día, hoy lo que me inquieta
es algo más cercano, y es lo que nos está tocando vivir hoy, y las consecuencias
que eso va a tener en los próximos 10 años.
Quienes se dedican a analizar estas cosas, cuando les
preguntan ¿Qué está pasando en el mundo? Suelen contestar que en realidad están
pasando 15 o 20 cosas a la vez, y que deshilar esa telaraña es sumamente
complejo, aunque hay quien lo intenta y lo sintetiza en algunos pocos puntos
principales.
Yo hoy voy a exponer los 3 hechos que bajo mi análisis están
ya cambiando el mundo para siempre y que va a concluir en un tipo de sociedad
completamente nueva a la de hoy. El “problema” como veremos después son las
consecuencias que esto va a traer a corto plazo, y que por seguro nos van a
meter ya en la cuenta a tras de algún tipo de revolución o estallido social.
Ya se está hablando de que en la década de los 20 la forma
de entender y organizar a la sociedad
cambiará con respecto a lo conocido hasta ahora. La gran cuestión es que
nos espera en medio, y como y de qué manera se van a producir esos cambios. O
lo que es mucho más inquietante, cuál va a ser el detonante para que esos
cambios se produzcan, y en qué momento puede detonar.
Vayamos al tema pues, y expliquemos los 3 puntos que van a
hacer que esto cambie para siempre:
1/ LA GLOBALIZACIÓN TOTAL. Lo hemos explicado ya de diversas
maneras en este blog, pero hoy voy a contarles como se lo expliqué el otro día
a unos amigos en la mesa de una cervecería birra en mano. Y no es un tópico usado
para poder escribir este texto, la escena ocurrió de verdad hace pocos días en
un lugar que frecuentamos y que se ha convertido ya en nuestro punto de
encuentro y tertulias.
Al lio, el caso es que para explicar qué es esto de la
globalización total de una forma que mis amigos lo sintiesen como un fenómeno que
les afecta en primera persona, decidí coger a unos de los presentes como
ejemplo. Un grandísimo amigo de toda la vida que el año pasado estuvo
trabajando una temporada a unos cuantos cientos de km de aquí.
La pregunta que le formulé era sencilla: ¿Cuántos aviones
has cogido el último año? Seis me contestó. Perfecto, seis aviones. Siguiente
pregunta ¿7.000 millones de personas pueden coger seis aviones al año?
Respuesta unánime y obvia de toda la mesa: NO. Vale perfecto, no pueden, y
ahora viene la última pregunta ¿Entonces como nos organizamos? ¿Qué hacemos? ¿Qué
criterio usamos para decidir quién coge esos seis aviones y quién no?
Eso es globalización, y es que como ya expliqué una vez en
este blog, lo que está cambiando en el mundo es el criterio para determinar quién
puede tener acceso a ese nivel de vida y quién no. Hasta hace apenas 10 años el
criterio era clarísimo: si nacías en la cara bonita del mundo tenías derecho,
si no eras un desgraciado, alguien que ya podría dar gracias si no se moría de
hambre mientras las moscas se lo comían a él.
Hoy ese criterio se está difuminado a una velocidad de vértigo.
Nacer en la cara bonita del mundo ya no vale. Ahora es un todo contra todos,
aquellos que sean capaces de ofrecer algo al mundo tendrán alguna posibilidad, nazcan
ya a día de hoy prácticamente en cualquier sitio, y en pocos años, será sin el prácticamente.
Conexiones online que se extienden a toda velocidad por los rincones más
desfavorecidos del mundo, y universidades que vuelcan su contenido gratis en la
red. El que sepa hacer algo útil con esa información que lo haga, no le
preguntaremos por su pasaporte ni le miraremos el color de la piel.
¿Se van haciendo la idea?
Una vez expuse esto en un foro de internet y uno me contestó
que: “Si eso llegara a pasar algún día de verdad tu y yo pasaremos hambre”.
Entiendo lo que quiso decir y en el fondo tenía razón. Este esquema que les
planteo deja fuera de juego a una cantidad ingente de la población occidental,
negarlo sería un absurdo.
Y este es solo el punto número 1, por si solo ya es para
tener pesadillas, pero vayamos a por el 2.
2/ LA ESCASEZ DE RECURSOS. El modelo económico que empezó a
manifestar graves síntomas de agotamiento en 2008, se basaba en un principio
muy simple: los recursos son en la práctica infinitos, y su uso es muy barato.
El ejemplo típico que se les pone a los niños
para que entendiesen el modelo consumista era el del leñador que cortaba un árbol,
se la pasaba al carpintero y este con ella hacia un mueble. El leñador y el
carpintero habían cogido una materia prima, el árbol, la había trabajado añadiendo
su valor y habían creado un elemento que era útil a los demás.
Así se habían
ganado la vida honradamente, y el que no conseguía hacerlo es porque era un vago
que no quería trabajar, pues los recursos estaban ahí dispuestos a que tu
llegases, los trabajases y creases algo de valor con ellos.
El problema aquí viene cuando el recurso escasea. Ya no vale
talar indiscriminadamente árboles. Ya no se descubren nuevos grandes
yacimientos de petróleo, y las minas de materiales de todo el mundo nos
empezamos a dar cuenta de que escasearán antes de lo deseado.
Por tanto la base del anterior modelo económico se cae. El
paradigma cambia por completo.
Llegados a este punto siempre hay quien sale con lo de “Sí que
hay recursos para que todos vivamos bien”. Y entonces la discusión inmediata
que sigue a esa afirmación siempre es la misma ¿Qué entiendes por vivir bien?
En realidad meterse en la discusión de que es vivir bien y
si hay recursos para que todos vivamos de tal o cual manera es irrelevante y
carece de sentido.
Y es que lo que formaba nuestro modo de vida no se media en
una casa de Xm2, un vehículo de tal tipo o tal otro, disponer de 3 o 4 comidas
al día o coger 6 aviones al año como mi amigo. La cuestión de fondo, y lo que
se manifiesta ya hoy insostenible, es que 7.000 millones de personas vivan con
una aspiración de consumismo creciente, un hambre insaciable del mismo que
nunca dejaba satisfecho al que lo practicaba.
Esa es la cuestión, y como insostenible que es esa forma de
entender el consumismo y el modelo económico va a terminar colapsando. En el
nuevo modelo en el que seguramente entraremos de forma definitiva en la década de
los 20, el afán de consumismo ya no será deseable. Es más será fuertemente
penalizado, y eso lo explicaremos al final del siguiente punto.
3/ LA REVOLUCIÓN ROBÓTICA, O LA 3ª REVOLUCION
INDUSTRIAL. Es algo que ya se dice abiertamente:
Estamos entrando en la 3ª revolución industrial. Todos sabemos lo que ocurrió
en las 2 primeras, todos aquellos avances tecnológicos trajeron una prosperidad
y unas capacidades de desarrollo que hasta entonces ni se soñaban.
Pero como toda cara tiene su cruz, aquello también
supuso destruir el empleo y la forma de ganarse la vida de muchísima gente. Hoy
estamos a las puertas de un fenómeno idéntico. Bueno idéntico no, multiplicado
por todo el potencial que tiene todo tipo de fenómeno en este bendito S.XXI.
Se van a destruir empleos. A saco. Van a desaparecer
profesiones enteras, colectivos enteros de profesionales. Y no, la visión poética
de que en realidad se sustituirán unos puestos por otros no es cierta. Que si,
que aparecerán nuevos tipos de trabajos mucho más cualificados, pero no nos
engañemos, la proporción de empleo destruido por empleo creado no será 1-1. Ni
de lejos. Ni de broma.
Taxistas, transportistas de todo tipo, call
centers, incluso auxiliares de enfermería, camareros, cocineros o
administrativos. La lista puede ser interminable.
Estos 3 puntos nos dibujan un mundo totalmente diferente al
conocido hasta ahora. Al final, la cuestión de fondo es que cada vez va a ser
más difícil tener capacidad de generar algo que a los demás le sea útil, que al
fin y al cabo es lo que ha determinado siempre en nuestro sistema si uno era
capaz de ganarse la vida o no.
Va a ser cada vez más difícil, porque cada vez la
competencia va a ser más global, más abierta y más feroz, porque las materias
primas que poder trabajar van a ser más escasas y por tanto menos accesibles, y
porque cada vez más muchos trabajos van a acabar haciéndolos las máquinas.
Por todo esto precisamente, cada vez los millonarios son más
millonarios. Porque ayer el que era capaz de generar valor, se lo reconocían en
su pueblo y de ahí no pasaba, porque en el pueblo de al lado había otro que
hacia algo muy parecido. Los dos tenían su parcela, vivían en ella y todos contentos.
Hoy en día el que es capaz de generar un valor diferencial
de verdad triunfa en el mundo entero. Es extremadamente difícil que se te
ocurra crear Facebook, Whatsapp o Angry Birds, pero si se te ocurre te lo
compraran 1.000 millones de personas. Literalmente. Y pronto serán 3.000 o
4.000 millones.
Así que la dificultad extrema de generar valor hoy en día es
precisamente lo que premia tanto al que es capaz de generarlo. En realidad son
las reglas de siempre, pero en un periodo de la historia de competencia voraz y
con escasez de recursos donde para generar algo que sepan valorar los demás hace
falta ser un verdadero genio.
Eso deja al ciudadano medio Occidental en una situación desconocida
para él hasta la fecha.
Esa grandísima dificultad para ser capaz de generar valor
para los demás, va a tener consecuencias obvias. Por ejemplo en el tema fiscal
se va a generar un nuevo paradigma en el
que se va a “despenalizar” el trabajo, pues el que sea capaz de generar algo se
le va a dejar que lo haga sin ponerle zancadillas. Por el contrario se va a penalizar
cada vez más el consumo.
Porque como hemos visto en el punto 2 el tener a la sociedad
programada con ansias de consumo creciente no se va a poder sostener. En el
nuevo modelo, al consumista se le verá como un derrochador de recursos, y por
ello, el IVA y los impuestos indirectos son sin duda los impuestos del futuro.
El razonamiento será: “El que sea capaz de generar valor que
lo haga, mientras, el que quiera derrochar recursos, que compense a la sociedad
por ello”
Pero volviendo al principio, aquí la cuestión es que va a pasar
en medio. Mientras termina de morir el viejo modelo y de nacer el nuevo.
No nos
engañemos, la vida de muchísima gente no va a ser lo que se esperaba que fuese.
Mucha gente se va a quedar sin posibilidad de trabajar, o al menos de trabajar
de forma continuada y estable y con una capacidad de ingresos suficientes para
formar una familia dentro de los estándares mínimos conocidos hasta ahora en
occidente.
En consecuencia muchos, pero muchos, muchos, se quedarán sin
formarla. La natalidad caerá.
Y ojo aquí nos podemos incluir todos. Esto no hay que verlo
como algo externo que les pasa a los demás. Esto nos puede pillar a cualquiera.
Como ya se ha explicado en este blog no va a haber empleo estable, ni “bien
remunerado”, salvo contadísimas excepciones que no harán sino confirmar la
regla.
Por tanto ¿a qué reacción social nos enfrentamos con esto?
La cosa cuando se piensa detenidamente da, cuanto menos, respeto.
Y es que estamos en tiempos de descuento. El siguiente
lustro va a ser crítico. El año 2020 se dibuja como un horizonte complicado. Y
no es por el símbolo psicológico de la fecha 20-20 si no, porque para entonces
van a ocurrir cosas muy graves.
Centrándonos ya en nuestra querida Expaña, podemos hablar de
cosas tan serias como el agotamiento de la caja de la Seguridad Social ¿Qué narices
piensan hacer cuando suceda? O cosas
como el ajuste prácticamente a 0 del déficit de cuentas publicas que se nos
exige para entonces.
Y es que los
servicios públicos de los que todavía disfrutamos se pagan con una situación
irreal de burbuja de crédito público como nunca antes se había conocido. ¿Cómo va
a estallar esa burbuja? ¿Cuándo lo hará?
Vengan los que vengan la próxima legislatura les va a reventar todo en la cara. Ya da igual, rojo, azul, naraja o morado. A los
verdes y magentas los damos por enterrados.
Evidentemente los 3 puntos que he expuesto, GLOBALIZACION
TOTAL, ESCASEZ DE RECURSOS Y LA 3ª REVOLUCION INDUSTRIAL, ninguno de ellos
dependen lo más mínimo de quien gobierne un país situado en una península al
sur de Europa.
Como mucho se podrían haber tomado algunas medidas al vérselo
venir. Pero ya hacemos tarde, ya no llegamos. En algún momento de la siguiente
legislatura, seguramente hacia el final de la misma, cuando los que estén, sean
los de siempre o sean los nuevos, se hayan mostrado incapaces de cambiar nada, la
gente tomará verdadera conciencia de que esta situación ya no es temporal, que en realidad la palabra "crisis" nunca tuvo sentido porque esto era otra cosa. Y en ese momento podrá pasar cualquier cosa.
Nos daremos cuenta derrepente de que el mundo estaba
cambiando bajo nuestros pies, que lo llevaba haciendo 15 años de forma drástica
y que no nos dimos cuenta porque aquí nos estábamos mirando el ombligo. La
maldita frase de “A ver si la cosa mejora” se dejará de oír, porque la gente
habrá asimilado que en realidad desde el principio se sabía que no iba a
mejorar. No al menos para una gran parte de la población de nuestra querida
Expaña y de nuestro querido Occidente.
Así que como les decía al principio, uno tiene una extraña
sensación, esa de que la gente lleva años esperando que las cosas mejoren, que
un cambio de ciclo económico, o de gobierno puedan hacer que las cosas le
vengan de otra manera, y que en realidad lo que cada día está más cerca es de
que llegue el momento del gran desengaño.
Los que me conocen saben que soy un hombre templado, pero si
les soy sincero llevo unos días que todo esto me viene dando un poco de vértigo.
Saludos y mucha suerte.
FICHARA.
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