viernes, 28 de noviembre de 2014

HOY HE VOTADO



Hoy he votado por invertir en mi región.

Hoy he votado por el I+D+i.

Hoy he votado por políticas de reinversión de beneficios y objetivos a largo plazo.

Hoy he votado por ambientes de trabajo dinámicos y agradables.

Hoy he votado por dar empleo a los jóvenes más preparados.

Hoy he votado por que haya filósofos en los equipos directivos.

Hoy he votado por pagar un precio justo por lo que obtengo.

Hoy he votado por no pagar sobreprecios por marcas construidas a base de grandes campañas de publicidad.

Hoy he votado firmemente por la educación de calidad, buscando el interés y la motivación de los más pequeños con robótica educativa y con programas que integren de forma práctica el conocimiento más tecnológico y actual en el plan educativo vigente.

Hoy he votado por arriesgar en nuevas tecnologías, aunque aún no estén consolidadas, como la impresión en 3D.

Hoy he votado por la cultura del esfuerzo, la alta motivación, y la de construir grandes cosas paso a paso y no con pelotazos.

Hoy he votado por creer un poco más en nosotros mismos.

Hoy he votado siendo consciente de que si bien el poder no está tanto en lo político sino en lo económico, nosotros también tenemos el poder sobre lo económico.

Hoy he votado y le he dicho a la sociedad por qué camino y dirección quiero que vaya porque el sistema me permite hacerlo cada día.

Hoy he votado y no habían puesto las urnas.

Hoy me he comprado un móvil de BQ.

FICHARA


viernes, 21 de noviembre de 2014

645€ AL MES






645€ al mes, eso es lo que gana 1/3 de la población española que está trabajando. Lo repetimos, porque el dato puede parecer erróneo, pero no, no lo es, son 645€ al mes, y  no nos hemos comido ningún 1 delante del 6.

Recuerdo que cuando me inserté al mercado laboral (año 2006) era la época del mileurismo, un término que se nos acuño a aquellos (generalmente los jóvenes que encontrábamos nuestro primer trabajo) que ganábamos un salario que rondaba esa cifra mensual.

El término "mileurista" se hizo tremendamente popular, ya que pareció convertirse en un salario estandarizado para múltiples tipos de trabajos, independientemente de tu formación, tu nivel de responsabilidades o capacidad de generar valor, si eras un joven que se insertaba al mercado laboral estaba estipulado que (al menos los primeros años nos contaban) debías de ganar entorno a mil pavos al mes.

Daba igual si eras una dependienta de una tienda de ropa, reponedor de supermercado, médico residente, trabajabas en un bufete de abogados o en un despacho de arquitectura. Los mil euros se convirtieron en una especie de salario universal.

Hay que señalar que el término "mileurista" tenía una connotación negativa. No apareció el término porque representase el salario estandarizado para una gran mayoría de gente,  apareció el término porque  se entendía que era una cantidad insuficiente para poder desarrollar una vida con los estándares que entonces teníamos como aceptados dentro de lo razonable. 

Si ese salario estandarizado para una gran mayoría de la gente hubiesen sido 2.000€ al mes, difícilmente hubiese aparecido el término "dosmileurista", así que el término apareció como denuncia a la escasez del salario obtenido.

Aunque parecía increíble, lo cierto es que no tardó mucho en aparecer el término “submileurista” que se refería, como fácilmente se deduce, a aquellos que ganaban un salario mensual por debajo de los mil euros. Generalmente se referían a nóminas de entre 800 o 900 € al mes.

Sinceramente a mí no se me ocurrió jamás pensar que iba a aparecer un tercer término que hiciese referencia a aquellos que ganasen aún menos que los anteriores, pero si algo tienen los tiempos que vivimos, y eso no me lo pueden negar, es que  casi cada día puedes encontrarte con algo que ni imaginabas.

Y es que hoy por primera vez (aunque puede que el término tenga ya algún tiempo y uno no lo hubiese oído antes) he oído y leído en diferentes medios de comunicación el término “seiscientoseurista”.

Si, “seiscientoseurista”, que hace referencia como habrán adivinado a aquellos que ganan en torno a 600€ al mes. Más concretamente 645€, es decir el salario mínimo interprofesional.

Cuando uno ve/escucha/lee  las noticias, en TV/radio/prensa, sigue, a fecha de Noviembre del año 2014, percibiendo esa sensación en el mensaje de que esto es una crisis muy jodida, pero que acabara pasando, y que si bien ya se empieza a asimilar que no volveremos a exactamente lo mismo que antes, volveremos al menos a una situación similar.

Miren, una clave fundamental para analizar comportamientos es no tanto el valor de un parámetro como tal en un momento determinado, si lo la evolución de la tendencia de este a lo largo del tiempo.

En menos de una década hemos pasado del mileruismo al submileurismo y finalmente hemos llegado al siscientoseurismo. ¿Empiezan a ver por dónde va la cosa?

Por cierto, y esto quizás muchos no lo hayan leído antes. ¿Saben cuál es el país donde más han subido los salarios y aumentado las reivindicaciones sociales en los últimos años? Miren como termina la frase “Made in….” de casi cualquier cosa que tengan a mano y lo sabrán. Sí, efectivamente hablo de China.

Tenemos que empezar a asimilar que los hijosdelos80 vamos a ver cambiar el mundo como ninguna otra generación de la historia lo ha hecho jamás, estamos viviendo en directo una nueva reordenación mundial sin precedente alguno.




Los medios de comunicación de los que hablaba antes, nos bombardean continuamente con noticias relacionadas con el mundo de la política, nos machacan con lo pésimos gestores que son y sobre todo con lo escandalosamente ladrones que han sido.

Y ojo no me malinterpreten, denunciar la corrupción política me parece importantísimo, y evidentemente muchos deberían de pagar por lo que han trincado y personalmente desearía que fuese con condenas bien ejemplarizantes para que pase mucho tiempo hasta que a alguien vuelva a tener la tentación de meter la mano.

Pero no nos equivoquemos, no caigamos en la trampa de pensar que la evolución de la situación laboral está relacionada con que unos determinados señores tengan cuentas  bancarias en países alpinos, ni siquiera en la por seguro manifiestamente mejorables gestiones en sus quehaceres respecto a sus responsabilidades con los entes públicos.

Nada más lejos de la realidad. Y es que la realidad de hoy es compleja, tan compleja como tampoco seguramente lo habrá sido nunca antes en la historia. Y una complejidad tan grande no se explica con unas cuentas en Suiza. Ojala fuese tan fácil.

¿Entonces qué es lo que pasa? Pues lo que pasa querido lector es que tú hace algún tiempo que no vives en España y aún no te has enterado. Quizás sea por eso que en este blog a nuestro país lo llamamos Ex-paña.

Y aún no te has enterado de que ya no vives en Ex-paña porque nadie te lo ha dicho. O mejor dicho, nadie ha tenido las agallas de explicártelo.  Pero es que hay algo más curioso todavía, y es que a un diseñador de Milán nadie le ha explicado que tampoco vive ya en Italia. Ni a un vendedor de salchichas en un puesto de una esquina de Berlín que vive en Alemania.  Y por supuesto,  a un chino que comercializa por skype desde Pekín con clientes que tiene a miles de km nadie le ha dicho ni de broma que ya no vive en China.

¿Pero de que narices estás hablando? Pues de algo que debemos de empezar a asimilar porque vamos a vivir con ello el resto de nuestra vida: EL MUNDO POR PAÍSES SE HA ACABADO.

Seguramente todos estarán pensando ahora que siguen habiendo diferencias importantes entre los países que he nombrado antes, que el salario mínimo en Francia es “nosecuantos” euros más al de aquí y que el chino medio no vive tampoco exactamente igual que nosotros. ¿Pero recuerdan lo que les decía antes de fijarse en las tendencias para analizar fenómenos? Pues bien aplíquenlo a esto que les acabo de decir también.

Recuerden, más que la fotografía de los hechos en un momento concreto, lo que nos ayuda a comprender lo que pasa con un fenómeno es su tendencia, y aquí la tendencia creo que ya nos hemos dado cuenta a estas alturas del texto cual es.

Otro de los grandísimos errores en los que caemos en dar por interiorizada y asimilada una frase que en realidad es más falsa que cierta, y es aquello tan repetido últimamente de: “la desigualdad económica en el mundo está aumentando muchísimo”.




Vamos a ver, ¿de qué mundo estamos hablando? Del  de verdad, aquel que lo forma un planeta al que llamamos Tierra, ¿o nos referimos únicamente a “nuestro mundo” es decir aquel que está de puertas para adentro de Occidente?

Es cierto que a nuestro alrededor más cercano vemos como la desigualdad aumenta, pero si alejamos el zoom y vemos un poco más allá de nuestro entorno más inmediato, veremos que mucha gente de otras zonas están consiguiendo un nivel de vida con el que antes ni se atrevían a soñar.

Lo que está ocurriendo en realidad, es que el mundo entero se está reequilibrando, los países conocidos hasta ahora como ricos van a la baja y los conocidos hasta ahora como pobres van al alza, y en algún punto del camino nos acabaremos encontrando.

Y eso lo vamos a ver, veremos un mundo donde el salario de un profesional no va a variar tanto en la medida de donde resida sino en sus propias circunstancias particulares. Médicos, abogados, ingenieros, reponedores, camareros, dependientes, y en definitiva profesionales de todo tipo que bien podrán tener salarios perfectamente comparables en Barcelona o Pekín.

¿Cuál es la historia de fondo por la que nadie habla de esto? Pues muy fácil, “el problema” es que la proporción de gente que “se queda fuera” o que no llega a “un mínimo considerado como aceptable” va a seguir siendo a grandes rasgos la misma que ha sido siempre. Pero ahora ya no estarán concentrados en los que hemos conocido hasta ahora como “países pobres”, si no que estarán repartidos por las distintas sociedades de todas las regiones y países.

Evidentemente siempre quedarán algunos países en ambos extremos de la tabla que mantengan su estatus, Suiza seguirá siendo por muchísimo tiempo Suiza, y muchos países del continente africano seguirán siendo lo que son (no todos por cierto ya que en algunos se están produciendo cosas muy interesantes a ver si otro día hablamos de ellos).

Pero entiéndanme, a nivel global la mayoría de los países vamos a tender a juntarnos en un punto intermedio. Y ojo conviene recalcar lo del punto intermedio, porque muchos cuando se hablan de estas cosas salen con lo de acabar aquí  trabajando 18h al día por un cuenco de arroz como los chinos. Tendrían razón, y deberíamos de preocuparnos entonces, si la inmensa mayoría de los chinos siguiesen trabajando a día de hoy 18h al día por un cuenco de arroz.

¿Pero saben cuál es actualmente el salario medio chino con paridad de poder adquisitivo traducido a €? Googleen un momento y se llevarán una sorpresa.

Saludos y hasta pronto.


FICHARA.

martes, 26 de agosto de 2014

RTI, LAS 3 LETRAS QUE LO CAMBIARÁN TODO






Ni los que estábamos más convencidos de que la revolución robótica acabaría por llegar pensábamos que la tuviésemos tan encima. Aquello que veíamos en películas futuristas de los 80 de que los robots harían muchos de los trabajos que entonces hacían los humanos ya nos está pisando los talones, y es que al fin y al cabo ya hace unos cuantos años de aquello, y si no que se lo digan a Marty McFly que el año que viene será el año de su viaje en el tiempo en Back to The Future II.

Si algo les encanta a los americanos es parametrizarlo todo, pasar cualquier cosa a un ratio o escala que se pueda medir, sacar estadísticas y transformarlo todo en un número o un porcentaje de algo.

Pues bien, siguiendo la propia lógica de las cosas ya ha ocurrido lo que era inevitable, como siempre, cuando ocurre algo de esto a posteriori parece algo obvio que podría haber sido previsible, yo les confieso que jamás se me pasó por la cabeza algo así.

Y es que ya se ha parido el ratio que mide, contabiliza o en definitiva transmite en un número y por tanto es susceptible de crear comparativos, el grado al que está expuesto nuestro puesto de trabajo, el de la vecina y el de nuestro primo en acabar siendo realizado por un robot.

Acuérdense bien de estas 3 letras porque oirán hablar mucho de ellas en menos tiempo de lo que imaginan: RTI, las siglas de “Routine Task Intensity”, es decir, Intensidad Rutinaria de Trabajo.

Y es que si algo saben hacer bien los robots es repetir la misma cosa 1 millón de veces sin cometer fallos, cansarse o sentir aburrimiento o frustración. Por el contrario, donde fallan estrepitosamente es a la hora de ser creativos, improvisar o involucrarse en el desarrollo y formación de humanos.




Jemery Rifkin ha dicho que en algún momento del S.XXI solo hará falta el 5% de la población mundial para crear el 100% del PIB. Yo no sé si será el 5, el 10 o el 15, lo que está clarísimo es que la gente necesaria en el sistema será sensiblemente inferior a la actual.

Lógicamente estamos hablando de un fenómeno histórico al nivel de la Revolución Industrial, cuando pasa algo así cambia todo, empezando por la estructura social, la cual acaba siendo algo ni remotamente parecido a lo que era antes.

En realidad, hay muchísimas similitudes entre aquel fenómeno que se inició en la Inglaterra del S.XVIII y el que estamos a punto de vivir. No es casual que el inicio del fin de la esclavitud se diese en el mismo sitio y en la misma época que la Revolución Industrial, a fin de cuentas, ¿para qué vas a tener a la gente recogiendo algodón si el trabajo de cientos de ellos lo puedes hacer con una sola máquina? Es más, algunos de ellos podrían acabar desarrollando sus talentos y elaborando tareas de mucho más valor.




Pues algo muy similar es lo que se nos viene encima. Los trabajos más pesados, rutinarios, peor pagados y que menos proyección profesional ofrecen serán los que los acaben desarrollando las máquinas. En definitiva, estas acabaran sustituyendo a la gente más esclavizada del sistema actual, como ocurrió en la Inglaterra del S.XVIII.

Como siempre digo, no quiero venderle a nadie un camino de rosas, porque de seguro que no va a ser así. Las transiciones siempre son difíciles, y si algo va a ser el S.XXI es un periodo profundamente transicional, por eso en términos históricos acabará siendo tan importante.

Pero en lo que no podemos caer es el cerrilismo, en la oposición al progreso y al avance tecnológico, ni siquiera cuando nuestro modo de vida particular se vea alterado por ello. Porque las sociedades que caigan en eso serán las que peores paradas salgan de esta Revolución Robótica que está a punto de comenzar.

Este verano, La Universidad de Toronto ha hecho un experimento increíble, uno de esos que demuestran que tipo de sociedades se van a adaptar a la perfección a todo esto de lo que venimos hablando.

Y es que HitchBox, un pequeño robot con un peculiar atuendo se ha cruzado toda Canadá haciendo autostop. Ha sido el fenómeno del verano, todo el mundo quería conocerlo, hacerse fotos con él y por supuesto hacerle un sitio en su coche.




Lo mejor de todo, es que el objetivo del proyecto era ver como interactuaba la sociedad canadiense con el robot, es decir que era un experimento más sociológico que tecnológico. El resultado ha sido todo un éxito.

Así que por favor no nos empeñemos en seguir recogiendo el algodón a mano y miremos las cosas con una perspectiva más amplia, porque si como sociedad no estamos preparados para algo así, ha quedado demostrado que otras sí que lo están.

“Si hay algo imparable, en la historia, es la tecnología”. Santiago Niño Becerra.


FICHARA

domingo, 10 de agosto de 2014

SI HAY VIDA NO HAY GARANTIAS






Siempre que se produce un gran cambio social, aparecen conceptos nuevos, y desaparecen otros que hasta ese momento se habían considerado útiles. Si asimilar conceptos nuevos puede ser una labor altamente dificultosa y que requiere su tiempo de adaptación, el olvidar conceptos que hasta ese momento se habían considerado pilares de la estructura social, suele ser mucho más complicado todavía.


Uno de los conceptos que considero que no va a tener sentido en el modelo al que vamos es el de garantía. Hasta ahora muchas cosas se daban por garantizadas, o así al menos se le vendía a la gente. “Haz esto y como recompensa tendrás aquello”. “Estudia y tendrás un buen trabajo” “Cotiza y tendrás una buena pensión”. 


Esos serian varios de los ejemplos más recurridos de supuestas “garantías” que nos ofrecía el sistema, o mejor dicho el modelo, porque como ya hemos dicho el sistema de momento va a seguir siendo el mismo, lo que está cambiando es el modelo.


Aquí hay (lo ha habido siempre) un grave problema de fondo. Y es que el concepto en sí mismo de vida choca frontalmente con el de garantía. Si estás vivo no puede haber garantías, porque lo único garantizado de verdad cuando se está vivo es que algún día se dejará de estarlo. Por tanto “garantía” y “vida” son dos conceptos antagónicos, opuestos en su misma definición.




¿Entonces por qué hasta ahora se ha hablado tanto de garantías? Bueno pues fíjense simplemente en cuando se utiliza ese término, ni más ni menos que cuando se quiere publicitar algo.“Con este detergente tendrá la máxima blancura garantizada” “Con este fondo de inversión tendrá la máxima rentabilidad garantizada”  “En esta universidad le garantizamos la mejor educación para su hijo”, etc.


Es decir, se usa el término garantía cuando hay competencia y quieres lanzar un mensaje publicitario que te diferencie de tus competidores, vendiéndole a la gente la tranquilidad de que lo tuyo va a funcionar mejor.


Pues exactamente eso es lo que se hizo con el modelo durante la segunda mitad del SXX. Durante aquellas décadas nuestro modelo competía con otro modelo rival, y por lo tanto necesitaba “venderse” a sus propios ciudadanos. Así se creó la propaganda del propio modelo, que se vendía a sí mismo, pretendiendo tranquilizar a la gente y que esta se sintiese cubierta por las “garantías” que el mismo ofrecía.


La gente vivía tranquila pensando que tenía garantizada la sanidad, la educación, el trabajo o en su defecto el ingreso del paro, las pensiones, la seguridad, cierta capacidad de consumo… 


Desde un punto de vista racional lo lógico habría sido explicar que aquello se daba en aquel momento porque unas condiciones determinadas lo permitían, pero que si cambiaban las condiciones que hacían aquello posible, pues lógicamente todo aquello se dejaría de dar.


Pero claro explicarlo de aquella manera habría supuesto incertidumbre para la gente, y cuando hay incertidumbre muchas veces hay miedo (tampoco debería de ser así) y el modelo lo que buscaba era todo lo contrario, necesita tranquilizar a la gente y que esta creyese en él, así que como un producto cualquiera más se vendió con mensajes que le daban “garantías” a la gente.


Esto tiene gravísimas consecuencias, como que la gente acabe cogiendo aversión a correr riesgos.  Si a la gente la programas para que una acción ” X” siempre tenga garantizada una reacción “Y”,  la descolocas si un día le pides que haga “X” sin tener la garantía de que el resultado vaya a ser “Y”.



Así hay una generación (en realidad son varias) que no conciben que su Estado no les pueda garantizar ciertos servicios, y lo que es mucho peor, no conciben realizar un movimiento sin estar seguros del resultado.


Lógicamente con un planteamiento así la humanidad nunca habría avanzado. La evolución, el progreso, el avance, la vida en si misma, conllevan riesgos, aventuras, incertidumbre, lanzarse a buscar sin saber qué es lo que vas a encontrar, soñar.



Por eso mismo buscar o exigir la garantía de algo es uno de los peores (si no el peor) freno contra el avance.  Garantía y vida chocan, en consecuencia mientras haya vida no puede haber garantías, porque lo único garantizado de verdad es que algún día dejaremos la vida, así que por lo que a mí respecta que las “garantías” permanezcan lejos durante el mayor tiempo posible.



FICHARA

viernes, 1 de agosto de 2014

ESTAFA PIRAMIDAL







Una de las cosas que más me alucinan de las generaciones Occidentales de las últimas décadas es como en muchos países la gente ha aceptado que sus Estados les obliguen a formar parte de una estafa piramidal de libro.

Para el que lo desconozca una estafa o un timo piramidal consiste en montar una cartera de inversión cuyo retorno se basa no en el rendimiento del capital invertido, sino simplemente en los ingresos que se suponen que harán los futuros miembros.

El problema evidentemente está en que para que funcione cada vez tiene que ser mayor el número de personas adheridas al sistema, para que la base sea lo suficientemente grande para financiar a los de arriba.

Posteriormente tiene que aparecer una nueva base aun mayor para financiar a la base anterior que ya habrá subido de nivel, y así sucesivamente hasta el infinito.

Si la base deja de crecer y se mantiene en un número estable, el sistema empieza a fallar, porque cada nuevo miembro tendría que financiar él solo a otro miembro del escalón superior, lo que le supondría una carga asfixiante. Y por supuesto si la base decrece la caída puede llegar a ser en picado.

Lógicamente montar este tipo de estructuras de inversión es absolutamente ilegal, puesto que es del todo insostenible y aunque al principio y durante un tiempo puede hacerle ganar mucho dinero a los primeros en entrar, es de cajón que pronto o tarde habrán inversores que no podrán recuperar un capital equivalente al invertido, y en el límite los últimos en entrar lo perderían todo.

Por desgracia, este tipo de timos reaparecen de vez en cuando camuflados de muy diferentes maneras, unos de los casos más sonados de los últimos años fue el caso Madoff de EEUU que se destapó y se vino abajo cuando en la crisis del 2008 ya no aparecieron nuevos inversores que alimentasen la base de la pirámide.




Como ya he dicho, por supuesto este tipo de prácticas es totalmente ilegal, ya que se basan en un crecimiento al infinito de la gente que va entrando en él y como eso es imposible pues siempre acaban cayendo.

Ninguna cartera de inversión privada se puede gestionar bajo estos principios, pero en muchos países Occidentales, existe una lamentable excepción: si esta estafa la lleva a cabo el Estado entonces se da por buena y es totalmente legal.

Y de esta forma es como nacieron los sistemas de pensiones no capitalizables como el que existe por ejemplo en España. (O Expaña como me gusta llamarla en este blog).
¿Por qué se puso en marcha y se permitió algo así? Bueno pues yo creo que fue básicamente por dos razones:

-1/ Porque se podía hacer. Les salían los números. Como es lógico al comienzo de una estafa piramidal, la cosa funciona, y los primeros en entrar efectivamente pueden ganar mucha pasta. Si esto lo extrapolas a nivel estatal y la estafa la planteas sobre decenas de millones de personas, la inercia del arranque hasta que el sistema empieza a fallar pueden ser décadas, máxime si en el momento del arranque tienes una estructura poblacional donde hay muchos más jóvenes que mayores y sabes  que la relación trabajador-pensionista te va a ser favorable. ¿Es sostenible en el tiempo? Sabes desde el principio que no, pero también sabes que te puede funcionar durante muchos años hasta que el sistema empiece a fallar.

-2/ Porque servía de propaganda del sistema. En el momento que se pusieron en marcha las coberturas sociales (como las pensiones y la sanidad) en la mayoría de los países Occidentales, en el mundo había una dualidad entre dos posibles sistemas. Además del nuestro (llamémosle capitalista para entendernos) estaba el sistema soviético. Lógicamente al sistema de aquí le interesaba “venderse” a sus propios ciudadanos y que estos se sintiesen afortunados por estar dentro de él. La gente veía que se jubilaba con una buena pensión, que se le atendía en el medico de forma gratuita y todo el mundo estaba contento y feliz.

Y así han pasado varias generaciones Occidentales, disfrutando de las coberturas de un sistema basado en una auténtica estafa, mirando hacia otro lado mientras a ellos les ha funcionado, aun a sabiendas que antes o después se derrumbaría.




Hay un argumento que hemos oído muchas veces, y es que hay que aumentar la población bien sea teniendo hijos, bien sea atrayendo emigración para que nos puedan pagar las pensiones.

Lógicamente esto lo único que hace es alargar el problema, el propio argumento reconoce la estructura piramidal del sistema, y la supuesta solución, lejos de arreglar el problema, lo único que hace es alargar en el tiempo la caída, ya que dentro de X años harían falta aún muchos más niños o más emigrantes y así sucesivamente hasta el infinito, puesto que como ya hemos explicado con un número estable de población  y una relación próxima a 1-1 de trabajador-pensionista no se sostendría. Siempre harían falta más trabajadores que pensionistas, creciendo más y más continuamente la población.

Pero hay quien sostiene que en realidad si es sostenible, porque la producción per cápita siempre es creciente y eso consigue que el sistema sea perpetuo. Bien aquí hay dos errores de planteamiento:

 - Primero, que no puedes extrapolar hechos del pasado hacia el futuro con garantías de que se vuelvan a repetir. Es decir, si por ejemplo entre 1950 y el 2000 la producción  per cápita aumentó X, no puedes suponer que entre el 2000 y el 2050, vaya a aumentar en la misma proporción. Suponer que eso vaya a ocurrir, ya es suponer muchísimo.  

Segundo,  incluso dando por bueno que eso fuese a ocurrir, el sistema sería insostenible igualmente, porque el  nivel de producción per cápita no puede crecer hacia el infinito, no al menos hasta que descubran la forma de clonar el planeta y tener una serie N de planetas como en nuestro para explotar, cosa que de momento no parece que vaya a ocurrir.

Así que se mire por donde se mire es del todo insostenible, y como en todo timo piramidal, los primeros en entrar disfrutan de los beneficios del mismo sin apenas aportar, los siguientes reciben algo equitativo a lo aportado, y los últimos lo pierden todo o casi todo, recibiendo muchísimo menos de lo aportado por ellos. ¿Adivinan a que nivel de la pirámide pertenecemos Los Hijos de los 80?. Sí lo han acertado…

Por cierto,  aunque se ha hablado casi todo el texto de pensiones, el tema en realidad abarca también al sistema sanitario, con el que ocurre exactamente lo mismo, emplea la inmensa mayoría de sus recursos en la gente mayor, financiado por la gente que trabaja, entendiendo que la proporción sale favorable…hasta que deja de serlo.

Por eso las pensiones y la sanidad tal y como las conocemos tienen los días contados. Lógicamente no se dejara a la gente en la calle ni morir de hambre, se quedará una paga mínima, lo justo para ir tirando.

Pero poder “disfrutar de la jubilación” y de un sistema sanitario gratuito que parecía poder cubrirlo todo, son unos conceptos que sirvieron de propaganda del sistema y que fue sostenible durante un periodo concreto de la historia, pero es algo que ya está en tiempo de descuento. 

Por eso, entre otras cosas, en los próximos años veremos una reducción de la esperanza de vida media en países como Expaña.

Abróchense los cinturones, que lo que vienen son mucho más que curvas…






FICHARA

viernes, 4 de julio de 2014

Y EL PUESTO DE TRABAJO PASÓ A MEJOR VIDA


Hace unos días se lanzó Infojobs Freelance, el portal web más famoso de ofertas de puestos de trabajo acaba de sacar su versión en la que no se ofrecen puestos de trabajos, si no proyectos concretos que realizar.

Es una de las cosas que vamos a ver los Hijos de los 80, la desaparición gradual del concepto de puesto de trabajo “fijo” y la aparición cada vez más y más de profesionales que trabajen en proyectos concretos durante periodos determinados.

Varios economistas llevan tiempo diciéndolo, y es que el eterno tira y afloja entre empresa y trabajador casi nunca llega a un equilibrio en el que ambas partes estén contentos. 

Ni para una empresa es óptimo tener el compromiso de pagar unas nóminas fijas todos los meses independientemente de cómo vayan las cosas, ni para los empleados muchas veces resulta atractivo ni motivador involucrarse en tareas si el resultado en sus bolsillos va a ser el mismo independientemente del éxito final de las mismas.

El concepto de puesto de trabajo fijo y para toda la vida tuvo su sentido en la segunda mitad del SXX, cuando Occidente vivía una época de expansión económica sin límites, cuando todo estaba por hacer y cuando se creía que el crecimiento hacia el infinito era posible.

En ese contexto, con ese crecimiento sin freno, las empresas con sus imparables expansiones podían ofrecer cierta seguridad y comprometerse con unas condiciones “indefinidas” para quienes contrataban.





Pero ahora sabemos que ese crecimiento al infinito no es posible, por tanto lo que hoy va bien, mañana muy posiblemente deje de hacerlo, y en consecuencia la rigidez y la inflexibilidad solo son elementos que frenan la adaptación de cualquier organización a los nuevos escenarios y que por tanto no hacen sino acelerar la decadencia y el cierre de la organización.

Además, debemos de darnos cuenta de algo que también resulta fundamental, y es que tanto el sector primario (agricultura) como el secundario (industria) tienden a una automatización cada vez mayor. Por tanto nos queda solo el sector terciario (servicios) para poder encontrar empleo de forma significativa.

¿Y qué es lo que ocurre con los servicios? Pues que son necesarios, donde son necesarios, por quien son necesarios y cuando son necesarios. Un servicio no se puede almacenar, estocar o especular con él, y la mayoría de las veces tampoco se puede deslocalizar (aunque hay excepciones).

Esto nos lleva a que el trabajo se tendrá que realizar cuando realmente se necesite, en tiempo y lugar. Lógicamente esto nos lleva a una demanda irregular del trabajo, y por tanto dificulta muchísimo que una empresa pueda adquirir el compromiso de abonar unas nóminas de manera permanente, ya que esa misma empresa seguramente no tendrá esos ingresos de forma recurrente.

Por otra parte, y viéndolo desde el punto de vista del que demanda empleo, resulta mucho más motivador saber que tu ofreces tus servicios y conocimientos a proyectos concretos y que vas a ser responsable y “disfrutador” del éxito de los mismos, llevándote en la mayoría de los casos una parte mayor del valor generado en los mismos que la que te llevarías a cambio de una nómina fija en una empresa. 

Por no mencionar además que de trabajar para el señorito a trabajar para ti mismo y sentir los proyectos como propios, psicológicamente la cosa cambia notablemente.




Así que Los hijos de los 80 vamos a romper de raíz el eterno enfrentamiento empresa-trabajador que nunca tuvo solución.

Hace poco en una reunión de amigos nos dimos cuenta que éramos unos cuantos los que ya estábamos cotizando a la SS como autónomos (por cierto a saber si eso algún día nos sirve para algo, ya se verá…) y el comentario general era que sin duda es el futuro.

Tampoco me mal interpreten, por supuesto que el puesto de trabajo con una nómina abonada por una empresa seguirá existiendo, pero si hasta ahora había sido la forma mayoritaria de ganarse la vida, a partir de ahora será en todo caso solo una más, y muchos otros se la buscarán ofreciendo su know how a cada proyecto concreto de forma autónoma.

Lo que sí que creo que está prácticamente muerto (salvo en puestos de apenas generación de valor) es trabajar con una nómina fija, los trabajadores que estén a nómina en una empresa cada vez más tendrán un salario variable, dependiendo de su éxito y de los resultados finales de la organización. 

No puede ser de otra manera, la organización que no lo haga así y no comparta el éxito de sus proyectos con sus trabajadores, no estará sino que desperdiciando talento.

Esto, además nos lleva a una forma mucho más prudente de gestionar el consumo personal, ya que si tienes unos ingresos fijos puedes caer en la tentación de vivir al día (o casi al día) fundiendo cada € que cae en tu bolsillo, sabiendo que el mes que viene habrá más. Pero si sabes que dependes de que te salgan proyectos concretos, o del éxito de los proyectos de tu organización, esa concepción cambia, nos volvemos mucho más prudentes, y concebimos que una parte de los ingresos deben de ser para guardar.






Si se fijan lo que hacemos es cambiar una estabilidad externalizada (la nómina que un tercero se ha comprometido a pagarme mensualmente) por una estabilidad basada mucho más en la responsabilidad personal (guardar parte de lo que gano para el día de mañana).

En todo este contexto hay que entender también otro aspecto fundamental y es como se casa esto con la vida personal. Pero es que esto también está cambiando enormemente. 

Si hace 30 años lo estipulado para todo el mundo era casarse por la iglesia llegando virgen al matrimonio, tener 3 hijos, un perro y 4 peces, ahora todo esto se ha abierto complemente y hay tantas formas de vida como personas.

Yo ya conozco casos de gente que está viendo como el contexto laboral le está llevando a trabajar X meses al años y pasar Y meses sin hacerlo. En ocasiones los meses de trabajo son a miles de km de casa, y los meses sin trabajo los aprovechan para volver a casa, disfrutar de su gente y de su tiempo, y para seguir autoformándose (en Internet hoy en día te facilita ser un excelente autodidacta a precio 0). 

Esto no es mejor ni peor que lo de antes, al final es cuestión de la actitud que le pongas y como sepas aprovechar las cartas que te va dando la vida en función de cómo se esté desarrollando la partida.

Todo va a ser diferente, y dicen que el éxito es la capacidad de saber adaptarse al cambio, y tengan por seguro que tener miedo no resulta práctico ni útil. Así, que no tengan miedo, construyan una marca personal, y ofrezcan su talento al mundo.





FICHARA