645€ al mes, eso es lo que gana 1/3 de la población española
que está trabajando. Lo repetimos, porque el dato puede parecer erróneo, pero
no, no lo es, son 645€ al mes, y no nos
hemos comido ningún 1 delante del 6.
Recuerdo que cuando me inserté al mercado laboral (año 2006)
era la época del mileurismo, un término que se nos acuño a aquellos
(generalmente los jóvenes que encontrábamos nuestro primer trabajo) que
ganábamos un salario que rondaba esa cifra mensual.
El término "mileurista" se hizo tremendamente popular, ya que
pareció convertirse en un salario estandarizado para múltiples tipos de trabajos,
independientemente de tu formación, tu nivel de responsabilidades o capacidad
de generar valor, si eras un joven que se insertaba al mercado laboral estaba
estipulado que (al menos los primeros años nos contaban) debías de ganar
entorno a mil pavos al mes.
Daba igual si eras una dependienta de una tienda de ropa, reponedor
de supermercado, médico residente, trabajabas en un bufete de abogados o en un
despacho de arquitectura. Los mil euros se convirtieron en una especie de
salario universal.
Hay que señalar que el término "mileurista" tenía una connotación
negativa. No apareció el término porque representase el salario estandarizado
para una gran mayoría de gente, apareció
el término porque se entendía que era
una cantidad insuficiente para poder desarrollar una vida con los estándares que
entonces teníamos como aceptados dentro de lo razonable.
Si ese salario estandarizado
para una gran mayoría de la gente hubiesen sido 2.000€ al mes, difícilmente hubiese
aparecido el término "dosmileurista", así que el término apareció como denuncia a la escasez del salario obtenido.
Aunque parecía increíble, lo cierto es que no tardó mucho en
aparecer el término “submileurista” que se refería, como fácilmente se deduce,
a aquellos que ganaban un salario mensual por debajo de los mil euros.
Generalmente se referían a nóminas de entre 800 o 900 € al mes.
Sinceramente a mí no se me ocurrió jamás pensar que iba a
aparecer un tercer término que hiciese referencia a aquellos que ganasen aún
menos que los anteriores, pero si algo tienen los tiempos que vivimos, y eso no
me lo pueden negar, es que casi cada día
puedes encontrarte con algo que ni imaginabas.
Y es que hoy por primera vez (aunque puede que el término
tenga ya algún tiempo y uno no lo hubiese oído antes) he oído y leído en
diferentes medios de comunicación el término “seiscientoseurista”.
Si, “seiscientoseurista”, que hace referencia como habrán
adivinado a aquellos que ganan en torno a 600€ al mes. Más concretamente 645€,
es decir el salario mínimo interprofesional.
Cuando uno ve/escucha/lee las noticias, en TV/radio/prensa, sigue, a fecha
de Noviembre del año 2014, percibiendo esa sensación en el mensaje de que esto
es una crisis muy jodida, pero que acabara pasando, y que si bien ya se empieza
a asimilar que no volveremos a exactamente lo mismo que antes, volveremos al
menos a una situación similar.
Miren, una clave fundamental para analizar comportamientos es
no tanto el valor de un parámetro como tal en un momento determinado, si lo la
evolución de la tendencia de este a lo largo del tiempo.
En menos de una década hemos pasado del mileruismo al
submileurismo y finalmente hemos llegado al siscientoseurismo. ¿Empiezan a ver
por dónde va la cosa?
Por cierto, y esto quizás muchos no lo hayan leído antes. ¿Saben
cuál es el país donde más han subido los salarios y aumentado las
reivindicaciones sociales en los últimos años? Miren como termina la frase “Made
in….” de casi cualquier cosa que tengan a mano y lo sabrán. Sí, efectivamente
hablo de China.
Tenemos que empezar a asimilar que los hijosdelos80 vamos a
ver cambiar el mundo como ninguna otra generación de la historia lo ha hecho jamás,
estamos viviendo en directo una nueva reordenación mundial sin precedente
alguno.
Los medios de comunicación de los que hablaba antes, nos
bombardean continuamente con noticias relacionadas con el mundo de la política,
nos machacan con lo pésimos gestores que son y sobre todo con lo
escandalosamente ladrones que han sido.
Y ojo no me malinterpreten, denunciar la corrupción política
me parece importantísimo, y evidentemente muchos deberían de pagar por lo que
han trincado y personalmente desearía que fuese con condenas bien
ejemplarizantes para que pase mucho tiempo hasta que a alguien vuelva a tener
la tentación de meter la mano.
Pero no nos equivoquemos, no caigamos en la trampa de pensar
que la evolución de la situación laboral está relacionada con que unos
determinados señores tengan cuentas bancarias en países alpinos, ni siquiera en la
por seguro manifiestamente mejorables gestiones en sus quehaceres respecto a
sus responsabilidades con los entes públicos.
Nada más lejos de la realidad. Y es que la realidad de hoy
es compleja, tan compleja como tampoco seguramente lo habrá sido nunca antes en
la historia. Y una complejidad tan grande no se explica con unas cuentas en Suiza.
Ojala fuese tan fácil.
¿Entonces qué es lo que pasa? Pues lo que pasa querido
lector es que tú hace algún tiempo que no vives en España y aún no te has enterado.
Quizás sea por eso que en este blog a nuestro país lo llamamos Ex-paña.
Y aún no te has enterado de que ya no vives en Ex-paña
porque nadie te lo ha dicho. O mejor dicho, nadie ha tenido las agallas de explicártelo.
Pero es que hay algo más curioso
todavía, y es que a un diseñador de Milán nadie le ha explicado que tampoco
vive ya en Italia. Ni a un vendedor de salchichas en un puesto de una esquina
de Berlín que vive en Alemania. Y por
supuesto, a un chino que comercializa
por skype desde Pekín con clientes que tiene a miles de km nadie le ha dicho ni
de broma que ya no vive en China.
¿Pero de que narices estás hablando? Pues de algo que
debemos de empezar a asimilar porque vamos a vivir con ello el resto de nuestra
vida: EL MUNDO POR PAÍSES SE HA ACABADO.
Seguramente todos estarán pensando ahora que siguen habiendo
diferencias importantes entre los países que he nombrado antes, que el salario mínimo
en Francia es “nosecuantos” euros más al de aquí y que el chino medio no vive
tampoco exactamente igual que nosotros. ¿Pero recuerdan lo que les decía antes
de fijarse en las tendencias para analizar fenómenos? Pues bien aplíquenlo a
esto que les acabo de decir también.
Recuerden, más que la fotografía de los hechos en un momento
concreto, lo que nos ayuda a comprender lo que pasa con un fenómeno es su
tendencia, y aquí la tendencia creo que ya nos hemos dado cuenta a estas
alturas del texto cual es.
Otro de los grandísimos errores en los que caemos en dar por
interiorizada y asimilada una frase que en realidad es más falsa que cierta, y
es aquello tan repetido últimamente de: “la desigualdad económica en el mundo
está aumentando muchísimo”.
Vamos a ver, ¿de qué mundo estamos hablando? Del de verdad, aquel que lo forma un planeta al
que llamamos Tierra, ¿o nos referimos únicamente a “nuestro mundo” es decir
aquel que está de puertas para adentro de Occidente?
Es cierto que a nuestro alrededor más cercano vemos como la
desigualdad aumenta, pero si alejamos el zoom y vemos un poco más allá de
nuestro entorno más inmediato, veremos que mucha gente de otras zonas están consiguiendo
un nivel de vida con el que antes ni se atrevían a soñar.
Lo que está ocurriendo en realidad, es que el mundo entero
se está reequilibrando, los países conocidos hasta ahora como ricos van a la
baja y los conocidos hasta ahora como pobres van al alza, y en algún punto del
camino nos acabaremos encontrando.
Y eso lo vamos a ver, veremos un mundo donde el salario de
un profesional no va a variar tanto en la medida de donde resida sino en sus
propias circunstancias particulares. Médicos, abogados, ingenieros, reponedores,
camareros, dependientes, y en definitiva profesionales de todo tipo que bien podrán
tener salarios perfectamente comparables en Barcelona o Pekín.
¿Cuál es la historia de fondo por la que nadie habla de
esto? Pues muy fácil, “el problema” es que la proporción de gente que “se queda
fuera” o que no llega a “un mínimo considerado como aceptable” va a seguir
siendo a grandes rasgos la misma que ha sido siempre. Pero ahora ya no estarán
concentrados en los que hemos conocido hasta ahora como “países pobres”, si no
que estarán repartidos por las distintas sociedades de todas las regiones y países.
Evidentemente siempre quedarán algunos países en ambos
extremos de la tabla que mantengan su estatus, Suiza seguirá siendo por muchísimo
tiempo Suiza, y muchos países del continente africano seguirán siendo lo que
son (no todos por cierto ya que en algunos se están produciendo cosas muy
interesantes a ver si otro día hablamos de ellos).
Pero entiéndanme, a nivel global la mayoría de los países
vamos a tender a juntarnos en un punto intermedio. Y ojo conviene recalcar lo
del punto intermedio, porque muchos cuando se hablan de estas cosas salen con
lo de acabar aquí trabajando 18h al día
por un cuenco de arroz como los chinos. Tendrían razón, y deberíamos de
preocuparnos entonces, si la inmensa mayoría de los chinos siguiesen trabajando
a día de hoy 18h al día por un cuenco de arroz.
¿Pero saben cuál es actualmente el salario medio chino con paridad de
poder adquisitivo traducido a €? Googleen un momento y se llevarán una
sorpresa.
Saludos y hasta pronto.
FICHARA.