Siempre que se produce un gran cambio social, aparecen conceptos nuevos, y desaparecen otros que hasta ese momento se habían considerado útiles. Si asimilar conceptos nuevos puede ser una labor altamente dificultosa y que requiere su tiempo de adaptación, el olvidar conceptos que hasta ese momento se habían considerado pilares de la estructura social, suele ser mucho más complicado todavía.
Uno de los conceptos que considero que no va a tener sentido
en el modelo al que vamos es el de garantía. Hasta ahora muchas cosas se daban
por garantizadas, o así al menos se le vendía a la gente. “Haz esto y como
recompensa tendrás aquello”. “Estudia y tendrás un buen trabajo” “Cotiza y
tendrás una buena pensión”.
Esos serian varios de los ejemplos más recurridos de
supuestas “garantías” que nos ofrecía el sistema, o mejor dicho el modelo,
porque como ya hemos dicho el sistema de momento va a seguir siendo el mismo,
lo que está cambiando es el modelo.
Aquí hay (lo ha habido siempre) un grave problema de fondo.
Y es que el concepto en sí mismo de vida choca frontalmente con el de garantía.
Si estás vivo no puede haber garantías, porque lo único garantizado de verdad
cuando se está vivo es que algún día se dejará de estarlo. Por tanto “garantía”
y “vida” son dos conceptos antagónicos, opuestos en su misma definición.
¿Entonces por qué hasta ahora se ha hablado tanto de garantías?
Bueno pues fíjense simplemente en cuando se utiliza ese término, ni más ni
menos que cuando se quiere publicitar algo.“Con este detergente tendrá la máxima blancura garantizada” “Con
este fondo de inversión tendrá la máxima rentabilidad garantizada” “En esta universidad le garantizamos la mejor
educación para su hijo”, etc.
Es decir, se usa el término garantía cuando hay competencia
y quieres lanzar un mensaje publicitario que te diferencie de tus competidores,
vendiéndole a la gente la tranquilidad de que lo tuyo va a funcionar mejor.
Pues exactamente eso es lo que se hizo con el modelo durante
la segunda mitad del SXX. Durante aquellas décadas nuestro modelo competía con
otro modelo rival, y por lo tanto necesitaba “venderse” a sus propios
ciudadanos. Así se creó la propaganda del propio modelo, que se vendía a sí
mismo, pretendiendo tranquilizar a la gente y que esta se sintiese cubierta por
las “garantías” que el mismo ofrecía.
La gente vivía tranquila pensando que tenía garantizada la sanidad,
la educación, el trabajo o en su defecto el ingreso del paro, las pensiones, la
seguridad, cierta capacidad de consumo…
Desde un punto de vista racional lo lógico habría sido
explicar que aquello se daba en aquel momento porque unas condiciones determinadas lo permitían, pero que si cambiaban las condiciones que hacían aquello
posible, pues lógicamente todo aquello se dejaría de dar.
Pero claro explicarlo de aquella manera habría supuesto
incertidumbre para la gente, y cuando hay incertidumbre muchas veces hay miedo
(tampoco debería de ser así) y el modelo lo que buscaba era todo lo contrario, necesita
tranquilizar a la gente y que esta creyese en él, así que como un producto
cualquiera más se vendió con mensajes que le daban “garantías” a la gente.
Esto tiene gravísimas consecuencias, como que la gente acabe
cogiendo aversión a correr riesgos. Si a
la gente la programas para que una acción ” X” siempre tenga garantizada una
reacción “Y”, la descolocas si un día le
pides que haga “X” sin tener la garantía de que el resultado vaya a ser “Y”.
Así hay una generación (en realidad son varias) que no
conciben que su Estado no les pueda garantizar ciertos servicios, y lo que es
mucho peor, no conciben realizar un movimiento sin estar seguros del resultado.
Lógicamente con un planteamiento así la humanidad nunca
habría avanzado. La evolución, el progreso, el avance, la vida en si misma, conllevan
riesgos, aventuras, incertidumbre, lanzarse a buscar sin saber qué es lo que
vas a encontrar, soñar.
Por eso mismo buscar o exigir la garantía de algo es uno de
los peores (si no el peor) freno contra el avance. Garantía y vida chocan, en consecuencia
mientras haya vida no puede haber garantías, porque lo único garantizado de
verdad es que algún día dejaremos la vida, así que por lo que a mí respecta que
las “garantías” permanezcan lejos durante el mayor tiempo posible.
FICHARA
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