viernes, 4 de noviembre de 2016

HABLEMOS DE PASTA



¿Alguna vez se han preguntado que le da valor al dinero? Todos lo deseamos (algunos en mayor medida que otros), nos preparamos toda nuestra vida para ganarlo, y lo consideramos algo imprescindible para poder vivir. ¿Pero alguna vez nos hemos parado a pensar porque el dinero tiene todo ese valor?

La mayoría de la gente piensa que el dinero tiene valor por sí mismo, y es en parte lógico porque desde la invención del dinero todo lo material se ha medido en unidades monetarias. Pero lo cierto es que el dinero no tiene valor por sí mismo. Y no tiene nada que ver con que ya no se siga el patrón oro o con que hoy en día la inmensa mayoría del dinero físicamente solo sean registros digitales en ordenadores de bancos (y el resto son papelitos menudo consuelo).

Tiene que ver con que si el dinero tiene todo ese valor es simplemente porque nosotros hemos decidido dárselo. El dinero es simplemente un pacto social. Y ese pacto social se basa simple y llanamente en que todos estamos dispuestos a hacer cosas por él, lo que comúnmente llamamos trabajar.

Así que lo que representa el dinero no es ni más ni menos que capacidad de trabajo de los demás. Cuanto más dinero tiene una persona pensamos que mayor poder adquisitivo tiene, que más cosas puede comprar o más servicios puede disfrutar. Pero la reflexión que nos suele faltar, y que deberíamos de tener presente siempre, es que esos productos o servicios que se consumen existen porque hay personas que han trabajado para que así sea.

Quizás hay gente que me esté leyendo y crea que lo que estoy diciendo es obvio pero estoy seguro que la mayoría de la gente no se para a hacer esta reflexión, y el dejar de ver el dinero como una herramienta para comprar cosas, y pasar a verla como una herramienta para comprar el trabajo de los demás, es un matiz que marca una inmensa diferencia a la hora de ver y entender las cosas.

Y la reflexión es doble, tanto por la parte de en qué estoy dispuesto a entregar mi trabajo (en que estoy dispuesto a gastar) como en la parte de entender que cuando deseas algo lo que estas deseando es que haya personas que trabajen para que ese algo exista.

Por ejemplo si entiendo que el dinero representa mi capacidad de trabajo ¿hare un desembolso mayor por pagar una marca? Entiendo aquí como marca el concepto puramente marketiniano y entendiendo que materialmente estas comprando lo mismo que otro producto de otra marca diferente sin sobre precio. ¿No sería hacer esto como convertirme de alguna manera en un esclavo del dueño de la marca que estoy comprando ya que le estoy regalando mi trabajo sin nada materialmente diferencial a cambio que lo justifique? ¿Os habéis parado a pensar cuantas veces cuantísima gente cae en esta trampa por comprar distinción social? 



Te estas convirtiendo voluntariamente en el esclavo del dueño de la marca porque el dueño de la marca te ha convencido que hacerlo te hace a ti verte en un “status” superior. ¿Paradójico no? Así es como funciona muchas veces el marketing, y lo peor de todo es precisamente eso, que funciona, la gente compra esa idea.

Y creo que ocurre porque la gente no hace la reflexión de que el dinero representa capacidad de trabajo, la suya y la de los demás. Tendemos a hacer ricos a los demás con mucha facilidad por una falsa sensación de engaño de creernos alguien.

Pero la cosa va más allá, y en cosas tan inocentes como la lotería podemos sacar muchas conclusiones si tenemos claro que el dinero es la representación del trabajo de los demás.
Todo el mundo ha soñado alguna vez con que le toque la lotería. Cuando piensas en eso piensas en chalets, viajes, coches de lujo… ¿Pero hacemos la reflexión de que detrás de esos deseos que tenemos está el deseo de ser servidos por los demás? 

Es más, ¿hacemos la reflexión de que lo que estamos deseando es tener esclavos que trabajen para nosotros sin que tengamos que aportar nosotros nada a cambio? Desde el albañil que pondrá los ladrillos de nuestro chalet hasta el joven que trabajara 12 horas al día con unas presiones enormes para que el nuevo modelo del coche X pueda salir al mercado a tiempo. Todos esclavos a nuestro servicio gracias al golpe de suerte de la lotería. 

¿A que ya no parece tan inocente el desear que te toque la lotería?



Por eso personalmente sortear al azar que alguien pueda vivir a costa de los demás siempre me ha parecido inmoral y estoy en contra de la venta y consumo de loterías, algo tan aparentemente inocente y tan aceptado socialmente.

Pero incluso cuando una madre desea que a su hijo “le vaya bien en la vida y gane mucho dinero” (cosa totalmente comprensible y natural por otra parte) en el fondo lo que está deseando es que su hijo tenga capacidad para que otros trabajen por él. Capacidad de ganar dinero es capacidad de que otros hagan cosas para ti.

Aquí hay otro concepto interesante del que me gustaría hablar también. Y es de eso que hemos oído tantas veces de lo “mal repartida que esta la riqueza en el mundo” de que los 100 tíos más ricos del mundo tienen la misma riqueza que los nosecuantos mil millones más pobres.

Cuando se hacen este tipo de análisis se cae en la trampa de creer que el dinero tiene valor real por sí mismo, y por tanto lo vemos como una tarta que se reparte y donde a unos les toca uno trozo más grande que a otros. Y como hemos visto esto no es así, el dinero solo representa capacidad de trabajo de los demás hacia a ti. Son unos derechos que te están reconocidos pero materialmente no significan nada si no haces uso de ellos. 

Que un multimillonario americano tenga muchas cifras en su cuenta a nivel material son solo bits de ordenador, nada tiene que ver con que a miles de km no haya capacidad de generar comida. Los millones de Mark Zuckerberg podrían volatilizarse por un virus informático y la gente de Somalia seguiría pasando la misma hambruna. No hay ninguna relación entre una cosa y la otra, nadie se ha llevado un trozo del pastel del otro. 



Esa concepción nos viene de la época del colonialismo cuando las naciones ricas esquilmaban a las pobres. Hoy en día no hay una causa-efecto. Por eso hablar del “reparto de la riqueza en el mundo” no tiene sentido alguno. Lo único que vale es ver a nivel material a que cosas puede acceder o no la gente. Y en eso por cierto ahora a nivel global se está muchísimo mejor que hace 20 años.

Así que a partir de ahora cuando piensen en dinero lo no vean como algo que tiene valor por sí mismo, ni siquiera piensen en las cosas materiales que representa, si no vean que lo que está detrás de eso es la capacidad de trabajo de la gente, la suya propia y la de los demás.

Un saludo


FICHARA.

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