Hace unos días tuvimos una excelente noticia, y es que finalmente la cordura ha prevalecido y se ha descartado por fin el proyecto de Eurovegas.
Lo cierto es que tenía pensado escribir sobre este tema
desde hacía tiempo, pero los acontecimientos se me han adelantado, al menos
ahora puedo escribir con la tranquilidad de saber que aquel despropósito no se
materializará.
Con este asunto hemos estado casi dos años, desde que se
empezaron a oír noticias sobre que realmente había una decisión firme por parte
de unos peces gordos americanos de desarrollar un proyecto que nos decían que
iba a mover una cifra de esas de millones que tampoco hace ni falta precisar
demasiado, por que cuando se llega a un cierto nivel casi que te da igual 8 que
80, el mareo que te produce es casi el mismo.
Luego tuvimos toda la parafernalia añadida, en la que se
incluyó un lamentable espectáculo entre Cataluña y Madrid a ver quien se bajaba
más los pantalones, y desfiles de los americanos de la pasta en convoys de vehículos
grandes oscuros, ya saben como los de las películas de la CIA, solo que en vez
ser todo terrenos mastodónticos americanos, eran Mercedes Vito.
Como siempre ya la teníamos liada, la mitad de nuestra queridísima
Expaña a favor y la otra mitad en contra. Y si lo piensan bien, es que el
debate de fondo que traía el asunto no era poca broma, pues ponía encima de la
mesa claramente por qué tipo de sociedad queríamos apostar.
He llegado a pensar (entiéndanme la broma), que el tema de
Eurovegas era como para someterlo a referéndum. Ahora que están tan de moda las
consultas populares, creo que podía haber quedado algo así:
- ¿Está usted a favor de que se haga Eurovegas?
- Y en tal caso, ¿aceptaría el nivel de degradación y perversión de todo tipo que ello implicaría?
- ¿Está usted a favor de que se haga Eurovegas?
- Y en tal caso, ¿aceptaría el nivel de degradación y perversión de todo tipo que ello implicaría?
Sinceramente, me alegro de que no haya hecho falta hacer la
consulta, y es que, por seguro que una vez más nos íbamos a sorprender con los
resultados.
Que humano, y a la vez que triste, es caer en la
desesperación, y es que este proyecto bien sabían sus promotores que solo tenía
posibilidad de éxito en un momento en el que la sociedad estuviese desesperada.
Yo soy de Valencia, y por aquí sabemos muy bien lo que es
caer en la tentación de querer creer que los grandes mega proyectos promovidos
por los políticos nos van a traer prosperidad, trabajo, riqueza, y mucha
felicidad y montones de piruletas para todos.
Los valencianos que hemos caído en
esa trampa varias veces, y ya hemos aprendido la lección (aunque siempre queda algún
descerebrado, que le vamos a hacer es inevitable) pero el precio que hemos
pagado ha sido enormemente caro.
Las condiciones que se ponían encima de la mesa por parte de
los promotores del asunto fueron desde el principio un despropósito, pretendían
ser una “isla” en cuanto a temas legislativos y normativos.
Seguramente lo proponían porque
Las Vegas de verdad, las genuinas, la de los USA, si que funcionan como tal,
por eso mismo se las llevaron al medio del desierto, para que allí se viviese y
se jugase con unas normas distintas (o simplemente con la falta de muchas de
ellas) de las que se utilizaban en el resto del territorio del país de los
muscle cars.
Y quizás es que los chicos de Eurovegas se pensaron que
Expaña era un desierto, y hombre que ya sabemos que la cosa está mal, pero a
tanto no llegamos, o al menos no para un territorio como Madrid, porque otros
ciertamente sí que tienen posibilidades de acabar más despoblados que las dunas
del Sahara.
Todo esto fue apoyado por algunos de aquí, tampoco lo
olvidemos, sobre todo por una rubia algo pasada de vueltas, que no acaba de
entender de una forma sana y constructiva el liberalismo que tanto dice
defender. Así que le dieron apoyo a los americanos y les siguieron el juego de
concederles las exigencias que ellos iban pidiendo por la boquita.
Pero como nos decían de pequeños, la avaricia rompe el saco,
y esta vez por bien de todos el saco se ha roto de tanto llenarlo de
condiciones insultantes para todo aquel que habría estado dispuesto a
aceptarlas.
Por cierto, me ha
llamado mucho la atención que tras la negativa Madrileña, los chicos del casino
hayan decidido largarse de Europa y mirar a Asia, cuando el mayor atractivo del proyecto era
precisamente convertirse en el mayor complejo de juegos y apuestas del
continente y atraer turistas en cantidades ingentes.
¿Qué pasa que éramos los únicos pringados que quizás nos íbamos
a tragar sus exigencias y por tanto éramos el único sitio de toda Europa donde
había posibilidades de implantar algo así? Tampoco me extrañaría la verdad, seguramente ya tenían
estudiado el tema.
En fin, que me alegro que esto se haya parado, y que no se
haya podido utilizar la desesperación de un pueblo para construir algo que por
seguro (les recuerdo que soy valenciano y se de lo que hablo) nos habríamos
arrepentido.
FICHARA
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