lunes, 16 de diciembre de 2013

EUROVEGAS, EUROMIERDAS





Hace unos días tuvimos una excelente noticia, y es que finalmente la cordura ha prevalecido y se ha descartado por fin el proyecto de Eurovegas.


Lo cierto es que tenía pensado escribir sobre este tema desde hacía tiempo, pero los acontecimientos se me han adelantado, al menos ahora puedo escribir con la tranquilidad de saber que aquel despropósito no se materializará.


Con este asunto hemos estado casi dos años, desde que se empezaron a oír noticias sobre que realmente había una decisión firme por parte de unos peces gordos americanos de desarrollar un proyecto que nos decían que iba a mover una cifra de esas de millones que tampoco hace ni falta precisar demasiado, por que cuando se llega a un cierto nivel casi que te da igual 8 que 80, el mareo que te produce es casi el mismo.


Luego tuvimos toda la parafernalia añadida, en la que se incluyó un lamentable espectáculo entre Cataluña y Madrid a ver quien se bajaba más los pantalones, y desfiles de los americanos de la pasta en convoys de vehículos grandes oscuros, ya saben como los de las películas de la CIA, solo que en vez ser todo terrenos mastodónticos americanos, eran Mercedes Vito.


Como siempre ya la teníamos liada, la mitad de nuestra queridísima Expaña a favor y la otra mitad en contra. Y si lo piensan bien, es que el debate de fondo que traía el asunto no era poca broma, pues ponía encima de la mesa claramente por qué tipo de sociedad queríamos apostar.



He llegado a pensar (entiéndanme la broma), que el tema de Eurovegas era como para someterlo a referéndum. Ahora que están tan de moda las consultas populares, creo que podía haber quedado algo así:

- ¿Está usted a favor de que se haga Eurovegas? 

- Y en tal caso, ¿aceptaría el nivel de degradación y perversión de todo tipo que ello implicaría?


Sinceramente, me alegro de que no haya hecho falta hacer la consulta, y es que, por seguro que una vez más nos íbamos a sorprender con los resultados.


Que humano, y a la vez que triste, es caer en la desesperación, y es que este proyecto bien sabían sus promotores que solo tenía posibilidad de éxito en un momento en el que la sociedad estuviese desesperada.


Yo soy de Valencia, y por aquí sabemos muy bien lo que es caer en la tentación de querer creer que los grandes mega proyectos promovidos por los políticos nos van a traer prosperidad, trabajo, riqueza, y mucha felicidad y montones de piruletas para todos. 

Los valencianos que hemos caído en esa trampa varias veces, y ya hemos aprendido la lección (aunque siempre queda algún descerebrado, que le vamos a hacer es inevitable) pero el precio que hemos pagado ha sido enormemente caro.


Las condiciones que se ponían encima de la mesa por parte de los promotores del asunto fueron desde el principio un despropósito, pretendían ser una “isla” en cuanto a temas legislativos y normativos. 



Seguramente lo proponían porque Las Vegas de verdad, las genuinas, la de los USA, si que funcionan como tal, por eso mismo se las llevaron al medio del desierto, para que allí se viviese y se jugase con unas normas distintas (o simplemente con la falta de muchas de ellas) de las que se utilizaban en el resto del territorio del país de los muscle cars.


Y quizás es que los chicos de Eurovegas se pensaron que Expaña era un desierto, y hombre que ya sabemos que la cosa está mal, pero a tanto no llegamos, o al menos no para un territorio como Madrid, porque otros ciertamente sí que tienen posibilidades de acabar más despoblados que las dunas del Sahara.


Todo esto fue apoyado por algunos de aquí, tampoco lo olvidemos, sobre todo por una rubia algo pasada de vueltas, que no acaba de entender de una forma sana y constructiva el liberalismo que tanto dice defender. Así que le dieron apoyo a los americanos y les siguieron el juego de concederles las exigencias que ellos iban pidiendo por la boquita.


Pero como nos decían de pequeños, la avaricia rompe el saco, y esta vez por bien de todos el saco se ha roto de tanto llenarlo de condiciones insultantes para todo aquel que habría estado dispuesto a aceptarlas.


Por cierto,  me ha llamado mucho la atención que tras la negativa Madrileña, los chicos del casino hayan decidido largarse de Europa y mirar a Asia, cuando el mayor atractivo del proyecto era precisamente convertirse en el mayor complejo de juegos y apuestas del continente y atraer turistas en cantidades ingentes.



¿Qué pasa que éramos los únicos pringados que quizás nos íbamos a tragar sus exigencias y por tanto éramos el único sitio de toda Europa donde había posibilidades de implantar algo así? Tampoco me extrañaría la verdad, seguramente ya tenían estudiado el tema.


En fin, que me alegro que esto se haya parado, y que no se haya podido utilizar la desesperación de un pueblo para construir algo que por seguro (les recuerdo que soy valenciano y se de lo que hablo) nos habríamos arrepentido.


FICHARA

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