domingo, 29 de diciembre de 2013

EL FIN DE LA CLASE MEDIA





Una de las cosas que más oímos últimamente es que la clase media está disminuyendo, que tiende a desaparecer, y que los que somos los hijos de los 80 vamos a ser la 1ra generación de la historia que vamos a vivir peor que nuestros padres.


Es total y absolutamente cierto que la clase media tal y como la conocemos, es decir la clase media occidental, va a tender a reducirse mucho, muchísimo. También es totalmente cierto que los hijos de los 80 vamos a vivir de una forma muy diferente a como lo hicieron nuestros padres, de hecho lo estamos haciendo ya. 


En si vamos a vivir mejor o peor no me quiero meter demasiado, porque cada uno tendrá su propia visión de lo que es vivir mejor o peor, y reflexionarlo en profundidad nos llevaría a un debate filosófico muy largo que no es el propósito de este post.

En cualquier caso vivimos en un mundo infinitamente más competitivo, arriesgado y difícil que el mundo en el que vivieron nuestros padres, y desde luego lanzarse a formar una familia es sustancialmente más complicado.


Supongo que lo que la mayoría se estarán preguntando ahora es por qué pasa esto, por qué la clase media tiende a desaparecer. Pues bien la respuesta es muy sencilla y se resume en una frase muy corta: 


“La clase media occidental tiende a desaparecer porque el modelo económico que la creó se ha agotado”


Así de simple. 


¿Cuál ha sido ese modelo económico?

Pues ya lo hemos comentado por este blog alguna vez, el modelo basado en  el hiper-mega-consumo que se puso en marcha en occidente tras la IIGM, regulado además dentro de las normas del sistema capitalista, el cual viene existiendo aproximadamente desde el año 1800.


Una vez en clase nos plantearon una pregunta muy sencilla:

“¿Quién es el gran beneficiado del sistema?”. La respuesta era sorprendente: El Consumidor. Es decir todos y cada uno de nosotros cuando actuamos como tales, en otras palabras, ni más ni menos que la clase media occidental.


Y es rigurosamente cierto, la clase media, tal y como la hemos conocido hasta ahora, la creó el modelo económico que se agotó en 2008. Ese modelo económico que nos dio una capacidad de consumo creciente a centenares de millones de ciudadanos occidentales. 

Ese modelo económico que nos trajo prosperidad, trabajos cualificados y  que gracias a ellos nos trajo también la llamada sociedad del bien estar, es decir las coberturas sociales por parte de los estados.


Ahora mismo muchos se estarán preguntando porqué un modelo económico que aparentemente funcionaba bien y que hizo que centenares de millones de personas mejorasen su calidad de vida ha fracasado, o para ser más justos y precisos, sencillamente se ha agotado.


Pues bien, ese modelo económico se ha agotado porque se basaba en unos principios que lo hacían insostenible en el tiempo. Fueron muchos de los propios ciudadanos occidentales de clase media, es decir los mayores beneficiados del modelo, los que hace muchos años ya empezaron a denunciar que el mismo era insostenible, y el tiempo ha terminado dándoles la razón.


El objetivo de este escrito no es hacer una denuncia contra el sistema o el modelo establecido hasta el 2008, porque lo cierto es que nos trajo muchísima prosperidad y avances, y además lo pasado, pasado está.

Por otra parte, tampoco nos llevaría a nada útil culpabilizar a los millones de occidentales que trabajaron durante décadas según las estructuras y normas de aquel modelo, ni a los que se pudieron beneficiar de sus ventajas.


Pero sí que me gustaría hacer un análisis que nos haga ver el por qué de la caducidad del mismo, por qué no ha sido posible sostenerlo por más tiempo.


Bien, preguntémonos pues, ¿En qué se basaba ese modelo económico del hiper-mega consumo que creó a la que hemos conocido como clase media occidental y que ya se ha agotado? 


Yo lo resumo en 3 pilares: 
- Explotación de los recursos naturales del planeta.
- Explotación de mano de obra de países no occidentales. 
    - Deuda, tanto pública como privada.



El primer punto ya lo expliqué en el post “EL PARO ES PA SIEMPRE”, básicamente el modelo productivo y del super consumo se basó desde el principio en la explotación de las materias primas de nuestro globo. 

En un principio se pensó que la vasta cantidad de materias primas disponibles nunca iban a ser un freno para el modelo económico, pues podrían durarnos “para siempre” o al menos varios siglos. 

En los años 70, con la crisis del petróleo se empezaron a oír las primeras voces de alarma de que esto no era así, que los recursos del planeta eran en realidad limitados, y que al ritmo que llevábamos acabaríamos por agotarlos mucho antes de lo que nos pensábamos.


El mensaje poco a poco caló, y en los 90 ya era mucha de la propia población occidental la que se daba cuenta de que esto ciertamente era así, y que por tanto, no iba a ser sostenible durante mucho más tiempo.


Del segundo punto también he comentado algo ya, el modelo económico que creó a la clase media occidental llegó a un punto delicado cuando la mano de obra básica empezó a ser una carga importante en los costes del sistema. 

Pronto se dieron cuenta que esos trabajos se podían hacer en otros países a unos precios de mano de obra infinitamente menores y exportar los bienes producidos, de forma que los occidentales de clase media los pudiésemos consumir a precios razonables.


Esto se dio mucho en la década de los 80 y los 90.Fué la época en la que el discurso oficial era que los Chinos eran pobres porque fabricaban cosas malas y baratas y que en Occidente éramos ricos porque teníamos mucha más formación y por tanto éramos capaces de crear cosas mucho más complejas buenas y caras.

Lo cierto es que mucho del consumo del que disfrutaba la clase media occidental era de bienes elaborados en países con unas condiciones laborales que aquí habríamos calificado de esclavas.



Por tanto ya hemos visto 2 de los pilares en los que se basaba el modelo económico que hizo posible la existencia de la clase media occidental: la explotación del planeta, y la explotación de personas ajenas a occidente.


Pero llegó un momento en el que ni siquiera con los 2 puntos anteriores fue suficiente para hacer que el modelo económico se siguiese manteniendo. Llegó un momento en el que la mayoría de la clase media occidental ya no tenía más dinero para seguir aumentando su hiperconsumo, por lo que el modelo, basado en el mismo, corría peligro.


Y aquí es cuando llegamos al 3er punto, el endeudamiento, tanto público como privado. La única forma de hacer que el consumo siguiese creciendo era dándole a la clase media occidental acceso fácil al crédito para el consumo. Aquí es donde vivimos la avalancha de acceso a las tarjetas de crédito, pagos a letras, y finalmente super endeudamiento hipotecario.


¿Cuándo se agotó el modelo económico del hiperconsumo que había dado paso a la creación de la clase media occidental? Cuando se agotó la capacidad de crédito de la clase media occidental. 

Cuando se llegó a este punto ya no hubo más conejos para sacarse de la chistera. La clase media occidental con nuestro hipermega consumo habíamos exprimido el planeta explotando sus recursos naturales, habíamos exprimido a los demás explotando su mano de obra, y finalmente nos habíamos exprimido a nosotros mismos explotándonos nuestra propia capacidad de endeudamiento.


Llegados a este punto, veo interesante explicar cómo funcionaba lo que hemos conocido hasta ahora como “la sociedad o el estado del bienestar”, vamos lo que vienen a ser las coberturas sociales, es decir educación y sanidad sostenidas por el estado y de gratuidad para la clase media occidental, así como sistemas de pensiones, coberturas de paro…etc.


Es muy sencillo, y por seguro que ya lo han oído y leído cientos de veces. Los Estados occidentales obtenían los recursos para ofrecer estas coberturas sociales a sus ciudadanos (mayormente clases medias) a base de impuestos. Los impuestos eran ni más ni menos que parte de los beneficios económicos que los ciudadanos y empresas obtenían en el modelo económico del hiper consumo que hemos explicado ya.  


Es decir, al final tenemos que las coberturas sociales que ofrecían los estados occidentales a sus clases medias venían de los 3 puntos descritos en el post: explotación del planeta, explotación de ciudadanos no occidentales, y deuda de los propios ciudadanos occidentales.


Pero el tema es aún más cachondo, y es que ni con esas los estados occidentales eran capaces de cubrir las demandas de coberturas sociales que sus clases medias les reclamaban, sencillamente no recaudaban lo suficiente, porque sus propios ciudadanos no producían lo suficiente.

¿Qué hicieron los estados occidentales entonces? Pues endeudarse ellos mismos, es decir emitir deuda pública.



De esta forma, los estados occidentales, lo que no conseguían vía recaudación de impuestos de la productividad y consumo de sus propios ciudadanos, lo conseguían vía deuda pública, y así de esta forma tenían lo suficiente para poder pagar sus coberturas sociales.


¿Qué consecuencias tienen las deudas públicas? Pues es algo que también se resume en una frase muy corta: “Pan para hoy y hambre para mañana”. ¿Por qué? Pues porque significa que a partir de ese momento parte de lo que recauden los estados vía impuestos ya no irá a educación, sanidad o pensiones, si no que irá a devolver la deuda que hayan adquirido, y pagando los correspondientes intereses por supuesto.


Eso quiere decir que las coberturas sociales que se dan hoy son a costa de recortar las coberturas sociales del día de mañana. 


Dicho de otra forma:
 
"Las coberturas sociales de ayer, fueron a costa de recortar las coberturas sociales de hoy."


Y ahora es cuando me viene a la mente otra frase que hemos oído mucho últimamente: “Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades”


Tras lo que se ha expuesto en este post, ¿ustedes que creen? ¿Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades las clases medias occidentales?

Pues creo que la respuesta viene sola: evidentemente, las clases medias occidentales hemos vivido muy por encima de nuestras posibilidades, porque el mundo que habíamos construido en occidente se basaba en explotar recursos externos de manera despiadada para disfrutar de una riqueza que no éramos capaces de generar por nosotros mismos, y eso inevitablemente tenía fecha de caducidad. 
 
FICHARA

viernes, 20 de diciembre de 2013

EL PARO ES PA SIEMPRE







Me da bastante rabia cuando veo que salen políticos por la TV diciendo frases como: “No diremos que hemos salido de la crisis hasta que no se cree empleo” o “La verdadera recuperación vendrá cuando se empiece a reducir el paro”. Y estupideces similares.


Con estos mensajes no solo se está dando falsas esperanzas a la población, sino que además no ayudan en absoluto a que la gente entienda de qué va esto. Cuando uno oye este tipo de afirmaciones parece que el mensaje que se sigue lanzado es el de que todo esto es una crisis como otra cualquiera, solo que está durando demasiado y que en Expaña lo del 26% de paro es temporal.


¿Por qué nadie sale a decir la verdad? ¿Por qué nadie explica que el paro ha venido para quedarse y que no se va a ir? ¿Por qué casi nadie habla aún de paro estructural? ¿Por qué ningún político está explicando a la ciudadanía que lo que estamos viviendo es un cambio radical en la forma de entender la sociedad, el trabajo y el consumo? 


Porque vamos a ver, cuando uno coge distancia y toma perspectiva de las cosas puede contemplar la fotografía entera y ver lo que realmente está pasando. Somos 7 mil millones de personas en el planeta y creciendo, hace apenas 40 años éramos la mitad, y hace 60 la tercera parte.


Hagan un ejercicio, si están en una habitación o en el interior de algún local, miren a su alrededor. Piensen en todas y cada una de las cosas que estén viendo ahora mismo, en todas. Y ahora háganse una pregunta: ¿Qué tienen todas en común a excepción de ustedes mismos, y de otras personas animales o plantas que puedan estar acompañándoles? 

En serio háganlo, dediquen un minuto a mirar todas y cada una de las cosas que les rodea, y pregúntense que tienen todas en común, a excepción de los seres vivos que puedan estar a su alrededor.


¿Han llegado a alguna conclusión? Pues es bien sencillo, lo que tiene en común todo lo que les rodea es que lo ha elaborado una empresa, o si no al menos lo ha hecho alguien trabajando, y además estará compuesto de materias primas, materias primas que alguien habrá elaborado y  trabajado y habrá creado cosas útiles con ellas. A eso mismo es a lo que llamamos crear riqueza.




Así, que cuando una persona trabaja en un puesto productivo, su labor directa o indirectamente a fin de cuentas consiste en trasformar un recurso del planeta en algo útil, es decir crea riqueza, transformado materias primas en bienes o servicios.


Por supuesto hay trabajos en los que directamente no se consume ninguna materia prima, por ejemplo un programador de Google no transforma ninguna materia prima en nada. Sin embargo, gastará recursos energéticos en su labor, y no digamos si tiene que desplazarse todos o casi todos los días hasta la oficina en coche, y además esta oficina hay que iluminarla, aclimatarla...etc es decir más energía. Pero ojo Google vive de sus anuncios y la inmensa mayoría de los anunciantes de Google sí que consumirán alguna materia prima es sus procesos.


Bien es cierto que este tipo de trabajos está en auge, y además de crear un altísimo valor añadido, son un respiro para nuestro globo, porque al menos directamente no consumimos excesivas materias primas cuando trabajamos en ellos.

Pero démonos cuenta que tampoco todo el mundo hoy por hoy podemos ni tenemos  la formación ni las capacidades para ser programadores de Google, o Microssoft, o trabajar en un rascacielos en un bufete de abogados o llevando la gestión financiera de una cartera de valores, por poner otros ejemplos de puestos de trabajo que tampoco transformen materias primas de forma directa.




La mayoría de los puestos de funcionarios por supuesto tampoco consumen recursos naturales para desempeñar sus funciones, pero es que estos puestos aunque son necesarios para la sociedad (o al menos la mayoría de ellos), no generan de por si riqueza, si no al contrario, se nutren de la riqueza generada por los puestos productivos.


Esto nos lleva a que con los altísimos niveles de productividad de hoy en día, si nos pusiéramos a trabajar todos a la vez nos comeríamos el planeta en 5 minutos.


Ante esto tenemos varias opciones:


1/ Clonar la Tierra, seguro que alguien lo está investigando. Podemos fabricar 3, 4 o 5 planetas como el nuestro, así tendremos materias primas para poder trabajar todos, explotarlas y cuando las hayamos agotado tirar estos planetas agotados a la basura, y crear otros nuevos.


2/ Vivir como los Amish, si, en serio que cada uno tenga su cabañita, su huerto y sea autosuficiente, pasando olímpicamente de todo lo que nos pudiera dar el progreso.



Bien, dado que lo 2do no es lo deseable por casi nadie, (sería como meternos en una especie de segunda Edad Media), y lo primero presenta ciertas carencias técnicas para hacerlo viable a día de hoy, solo nos queda aceptar que los 7 mil millones de tíos y tías que compartimos este globo no nos podemos poner a trabajar todos a la vez, o al menos hacerlo en algo productivo.




Aquí alguien podría pensar que una cosa es lo que pase en el mundo y otra que lo que pase en su querida Expaña!!!, que al fin y al cabo es un país “rico” y lo que pase aquí no tiene porque estar tan relacionado con lo que pase a 6.000 km de distancia. MEEKKK ERROR!!!!


¿Se han parado a ver cuántas cosas de su alrededor están hechas en China, Filipinas o Tailandia? No podemos caer en la trampa en pensar que una cosa es aquí y otra allí, porque todo está profundamente ligado y conexionado.

Por supuesto, que siguen existiendo diferencias, y muchas entre los de aquí y los de allí, pero hoy en día en el mundo 100% globalizado en el que vivimos, las esencias y las raíces de los problemas, de los asuntos, o como quieran ustedes llamarlo son las mismas para todos.




Bien, estamos pues en una situación en la que nos damos cuenta que en este globo somos mucha peña, que para trabajar en algo productivo de una manera u otra se consumen recursos naturales, y que la escasez de estos recursos imposibilita que nos pongamos a trabajar todos a la vez.


Si, ya se, Expaña tiene el 26% de paro y la mayoría de los demás países llamados desarrollados entorno a la mitad (algunos incluso menos), pero en la inmensa mayoría hay un paro sustancialmente superior al de hace unos años, y es un paro que ha venido para quedarse.


Si, puede que del 26% bajemos, de acuerdo, y por seguro que si lo logramos, a la que bajemos 3 o 4 puntos los políticos ya harán campañas por todo lo alto y nos harán creer que el paro se está acabando. La cruda realidad es que el paro estructural de Expaña está calculado entorno al 18% y de ahí no habrá forma de bajar. Y un 18% ya me parece optimista, y en cualquier caso tampoco lo vamos a ver mañana.


¿Y entonces que va a pasar? Pues que la gente que trabaje a tiempo completo y de forma continuada va a ser mínima, otros trabajaran parcialmente, a temporadas, y otros directamente es que no van a volver a trabajar jamás, y este grupo no es para nada despreciable en número.


La siguiente pregunta es ¿y de que va a vivir la gente en paro? Pues de un subsidio social. Así de duro, y así de fácil. Una sociedad en la que una parte importante de la misma pase hambre o frío no es viable, colapsaría, y a nadie le interesa que eso pase. 

Por tanto cuando llegue el momento se podrán en marcha mecanismos para que la gente que no tenga empleo pueda subsistir. De hecho ya estamos viendo algunos ejemplos de esto, la Junta de Andalucía ya plantea ponerle un consumo energético mínimo gratuito a familias sin recursos, es un ejemplo muy bueno de hacia dónde vamos.


¿Pero si nos dicen que no hay dinero para nada como lo va a ver para darle una paga social a tanta gente? Bueno, lo primero que habría que explicar es que una cosa es el dinero y otra la riqueza real y la capacidad productiva. El dinero hoy en día son registros digitales en ordenadores de aquí y allá, tal cual. Ni está respaldado por el patrón oro, ni son las reservas de ningún banco ni absolutamente nada que se le parezca, ceros y unos que hacen la magia de nuestro mundo digital, sin más.




Eso no quiere decir que podamos “inventarnos” más y más dinero sin control para solucionar los problemas, porque eso nos llevaría a una situación de hiperinflación, y el dinero acabaría por no tener ningún valor, esto ya les pasó a los alemanes en los años 20, de ahí su obsesión anti inflacionista.


Pero otra cosa diferente es la capacidad productiva, es decir esas materias primas elaboradas por personas o máquinas que se convierten en bienes y riqueza. Y de esto les aseguro que hoy por hoy hay muchísima, de sobra para que cada país occidental le haga llegar a cada vivienda de familias sin recursos algunos electrones a través del cobre o incluso que su nevera permanezca razonablemente llena.

¿Y si todo esto se sabe a qué se está esperando?....pues ahí está el drama humano, en que mientras que el número de gente que lo está pasando mal no sea crítico, aquí miramos para otro lado. 

Por eso veo muy importante que existan medios de comunicación que hagan de altavoces de los dramas sociales que estamos viviendo ya, porque cuanto más se conozcan antes se empezarán a poner soluciones, porque ya sabemos todos que los que nos gobiernan no empiezan a pesar en hacer algo hasta que la situaciones suponen una amenaza para ellos mismos.



FICHARA

lunes, 16 de diciembre de 2013

EUROVEGAS, EUROMIERDAS





Hace unos días tuvimos una excelente noticia, y es que finalmente la cordura ha prevalecido y se ha descartado por fin el proyecto de Eurovegas.


Lo cierto es que tenía pensado escribir sobre este tema desde hacía tiempo, pero los acontecimientos se me han adelantado, al menos ahora puedo escribir con la tranquilidad de saber que aquel despropósito no se materializará.


Con este asunto hemos estado casi dos años, desde que se empezaron a oír noticias sobre que realmente había una decisión firme por parte de unos peces gordos americanos de desarrollar un proyecto que nos decían que iba a mover una cifra de esas de millones que tampoco hace ni falta precisar demasiado, por que cuando se llega a un cierto nivel casi que te da igual 8 que 80, el mareo que te produce es casi el mismo.


Luego tuvimos toda la parafernalia añadida, en la que se incluyó un lamentable espectáculo entre Cataluña y Madrid a ver quien se bajaba más los pantalones, y desfiles de los americanos de la pasta en convoys de vehículos grandes oscuros, ya saben como los de las películas de la CIA, solo que en vez ser todo terrenos mastodónticos americanos, eran Mercedes Vito.


Como siempre ya la teníamos liada, la mitad de nuestra queridísima Expaña a favor y la otra mitad en contra. Y si lo piensan bien, es que el debate de fondo que traía el asunto no era poca broma, pues ponía encima de la mesa claramente por qué tipo de sociedad queríamos apostar.



He llegado a pensar (entiéndanme la broma), que el tema de Eurovegas era como para someterlo a referéndum. Ahora que están tan de moda las consultas populares, creo que podía haber quedado algo así:

- ¿Está usted a favor de que se haga Eurovegas? 

- Y en tal caso, ¿aceptaría el nivel de degradación y perversión de todo tipo que ello implicaría?


Sinceramente, me alegro de que no haya hecho falta hacer la consulta, y es que, por seguro que una vez más nos íbamos a sorprender con los resultados.


Que humano, y a la vez que triste, es caer en la desesperación, y es que este proyecto bien sabían sus promotores que solo tenía posibilidad de éxito en un momento en el que la sociedad estuviese desesperada.


Yo soy de Valencia, y por aquí sabemos muy bien lo que es caer en la tentación de querer creer que los grandes mega proyectos promovidos por los políticos nos van a traer prosperidad, trabajo, riqueza, y mucha felicidad y montones de piruletas para todos. 

Los valencianos que hemos caído en esa trampa varias veces, y ya hemos aprendido la lección (aunque siempre queda algún descerebrado, que le vamos a hacer es inevitable) pero el precio que hemos pagado ha sido enormemente caro.


Las condiciones que se ponían encima de la mesa por parte de los promotores del asunto fueron desde el principio un despropósito, pretendían ser una “isla” en cuanto a temas legislativos y normativos. 



Seguramente lo proponían porque Las Vegas de verdad, las genuinas, la de los USA, si que funcionan como tal, por eso mismo se las llevaron al medio del desierto, para que allí se viviese y se jugase con unas normas distintas (o simplemente con la falta de muchas de ellas) de las que se utilizaban en el resto del territorio del país de los muscle cars.


Y quizás es que los chicos de Eurovegas se pensaron que Expaña era un desierto, y hombre que ya sabemos que la cosa está mal, pero a tanto no llegamos, o al menos no para un territorio como Madrid, porque otros ciertamente sí que tienen posibilidades de acabar más despoblados que las dunas del Sahara.


Todo esto fue apoyado por algunos de aquí, tampoco lo olvidemos, sobre todo por una rubia algo pasada de vueltas, que no acaba de entender de una forma sana y constructiva el liberalismo que tanto dice defender. Así que le dieron apoyo a los americanos y les siguieron el juego de concederles las exigencias que ellos iban pidiendo por la boquita.


Pero como nos decían de pequeños, la avaricia rompe el saco, y esta vez por bien de todos el saco se ha roto de tanto llenarlo de condiciones insultantes para todo aquel que habría estado dispuesto a aceptarlas.


Por cierto,  me ha llamado mucho la atención que tras la negativa Madrileña, los chicos del casino hayan decidido largarse de Europa y mirar a Asia, cuando el mayor atractivo del proyecto era precisamente convertirse en el mayor complejo de juegos y apuestas del continente y atraer turistas en cantidades ingentes.



¿Qué pasa que éramos los únicos pringados que quizás nos íbamos a tragar sus exigencias y por tanto éramos el único sitio de toda Europa donde había posibilidades de implantar algo así? Tampoco me extrañaría la verdad, seguramente ya tenían estudiado el tema.


En fin, que me alegro que esto se haya parado, y que no se haya podido utilizar la desesperación de un pueblo para construir algo que por seguro (les recuerdo que soy valenciano y se de lo que hablo) nos habríamos arrepentido.


FICHARA