viernes, 29 de mayo de 2015

HACIA EL COLAPSO SOCIAL






Debo de confesarles que llevo unos días con una sensación extraña. Ese tipo de sensación que tienes cuando empiezas a encajar piezas de un puzle y ves en tu cabeza como va a quedar el resultado final.


Y es que cuanta más información procesa uno, más analiza lo que ve y más ata unos cabos con otros, más claro ve lo que se viene encima. Son un montón de variables complejas con multitud de factores cada una de ellas, pero una cosa por encima de todo está clara: NADA VOLVERÁ A SER COMO ANTES.


Decía Carlos Barrabes el otro día que “No hay nada peor que una generación de transición, y esta sin duda lo está siendo”. Y es que ciertamente en la vida las cosas se ponen muy difíciles cuando esta te pilla con el paso cambiado, cuando lo viejo está colapsando y lo nuevo aún no se ha definido.


Personalmente hace tiempo que tengo una idea bastante clara de cuáles son los cambios sociales que se van a producir en este S.XXI, y me hago una idea en mi cabeza de un dibujo de lo que podrá ser la sociedad y la forma de vida de la gente dentro de unos 150 años.


Pero eso lo dejaremos para otro día, hoy lo que me inquieta es algo más cercano, y es lo que nos está tocando vivir hoy, y las consecuencias que eso va a tener en los próximos 10 años.


Quienes se dedican a analizar estas cosas, cuando les preguntan ¿Qué está pasando en el mundo? Suelen contestar que en realidad están pasando 15 o 20 cosas a la vez, y que deshilar esa telaraña es sumamente complejo, aunque hay quien lo intenta y lo sintetiza en algunos pocos puntos principales.




Yo hoy voy a exponer los 3 hechos que bajo mi análisis están ya cambiando el mundo para siempre y que va a concluir en un tipo de sociedad completamente nueva a la de hoy. El “problema” como veremos después son las consecuencias que esto va a traer a corto plazo, y que por seguro nos van a meter ya en la cuenta a tras de algún tipo de revolución o estallido social.


Ya se está hablando de que en la década de los 20 la forma de entender y organizar a la sociedad  cambiará con respecto a lo conocido hasta ahora. La gran cuestión es que nos espera en medio, y como y de qué manera se van a producir esos cambios. O lo que es mucho más inquietante, cuál va a ser el detonante para que esos cambios se produzcan, y en qué momento puede detonar.

Vayamos al tema pues, y expliquemos los 3 puntos que van a hacer que esto cambie para siempre:



1/ LA GLOBALIZACIÓN TOTAL. Lo hemos explicado ya de diversas maneras en este blog, pero hoy voy a contarles como se lo expliqué el otro día a unos amigos en la mesa de una cervecería birra en mano. Y no es un tópico usado para poder escribir este texto, la escena ocurrió de verdad hace pocos días en un lugar que frecuentamos y que se ha convertido ya en nuestro punto de encuentro y tertulias.


Al lio, el caso es que para explicar qué es esto de la globalización total de una forma que mis amigos lo sintiesen como un fenómeno que les afecta en primera persona, decidí coger a unos de los presentes como ejemplo. Un grandísimo amigo de toda la vida que el año pasado estuvo trabajando una temporada a unos cuantos cientos de km de aquí. 


La pregunta que le formulé era sencilla: ¿Cuántos aviones has cogido el último año? Seis me contestó. Perfecto, seis aviones. Siguiente pregunta ¿7.000 millones de personas pueden coger seis aviones al año? Respuesta unánime y obvia de toda la mesa: NO. Vale perfecto, no pueden, y ahora viene la última pregunta ¿Entonces como nos organizamos? ¿Qué hacemos? ¿Qué criterio usamos para decidir quién coge esos seis aviones y quién no?




Eso es globalización, y es que como ya expliqué una vez en este blog, lo que está cambiando en el mundo es el criterio para determinar quién puede tener acceso a ese nivel de vida y quién no. Hasta hace apenas 10 años el criterio era clarísimo: si nacías en la cara bonita del mundo tenías derecho, si no eras un desgraciado, alguien que ya podría dar gracias si no se moría de hambre mientras las moscas se lo comían a él.


Hoy ese criterio se está difuminado a una velocidad de vértigo. Nacer en la cara bonita del mundo ya no vale. Ahora es un todo contra todos, aquellos que sean capaces de ofrecer algo al mundo tendrán alguna posibilidad, nazcan ya a día de hoy prácticamente en cualquier sitio, y en pocos años, será sin el prácticamente. 

Conexiones online que se extienden a toda velocidad por los rincones más desfavorecidos del mundo, y universidades que vuelcan su contenido gratis en la red. El que sepa hacer algo útil con esa información que lo haga, no le preguntaremos por su pasaporte ni le miraremos el color de la piel.


¿Se van haciendo la idea?


Una vez expuse esto en un foro de internet y uno me contestó que: “Si eso llegara a pasar algún día de verdad tu y yo pasaremos hambre”. Entiendo lo que quiso decir y en el fondo tenía razón. Este esquema que les planteo deja fuera de juego a una cantidad ingente de la población occidental, negarlo sería un absurdo.


Y este es solo el punto número 1, por si solo ya es para tener pesadillas, pero vayamos a por el 2.



2/ LA ESCASEZ DE RECURSOS. El modelo económico que empezó a manifestar graves síntomas de agotamiento en 2008, se basaba en un principio muy simple: los recursos son en la práctica infinitos, y su uso es muy barato.  

El ejemplo típico que se les pone a los niños para que entendiesen el modelo consumista era el del leñador que cortaba un árbol, se la pasaba al carpintero y este con ella hacia un mueble. El leñador y el carpintero habían cogido una materia prima, el árbol, la había trabajado añadiendo su valor y habían creado un elemento que era útil a los demás. 

Así se habían ganado la vida honradamente, y el que no conseguía hacerlo es porque era un vago que no quería trabajar, pues los recursos estaban ahí dispuestos a que tu llegases, los trabajases y creases algo de valor con ellos.


El problema aquí viene cuando el recurso escasea. Ya no vale talar indiscriminadamente árboles. Ya no se descubren nuevos grandes yacimientos de petróleo, y las minas de materiales de todo el mundo nos empezamos a dar cuenta de que escasearán antes de lo deseado.





Por tanto la base del anterior modelo económico se cae. El paradigma cambia por completo.


Llegados a este punto siempre hay quien sale con lo de “Sí que hay recursos para que todos vivamos bien”. Y entonces la discusión inmediata que sigue a esa afirmación siempre es la misma ¿Qué entiendes por vivir bien?


En realidad meterse en la discusión de que es vivir bien y si hay recursos para que todos vivamos de tal o cual manera es irrelevante y carece de sentido.


Y es que lo que formaba nuestro modo de vida no se media en una casa de Xm2, un vehículo de tal tipo o tal otro, disponer de 3 o 4 comidas al día o coger 6 aviones al año como mi amigo. La cuestión de fondo, y lo que se manifiesta ya hoy insostenible, es que 7.000 millones de personas vivan con una aspiración de consumismo creciente, un hambre insaciable del mismo que nunca dejaba satisfecho al que lo practicaba.


Esa es la cuestión, y como insostenible que es esa forma de entender el consumismo y el modelo económico va a terminar colapsando. En el nuevo modelo en el que seguramente entraremos de forma definitiva en la década de los 20, el afán de consumismo ya no será deseable. Es más será fuertemente penalizado, y eso lo explicaremos al final del siguiente punto.



3/ LA REVOLUCIÓN ROBÓTICA, O LA 3ª REVOLUCION INDUSTRIAL.  Es algo que ya se dice abiertamente: Estamos entrando en la 3ª revolución industrial. Todos sabemos lo que ocurrió en las 2 primeras, todos aquellos avances tecnológicos trajeron una prosperidad y unas capacidades de desarrollo que hasta entonces ni se soñaban.  

Pero como toda cara tiene su cruz, aquello también supuso destruir el empleo y la forma de ganarse la vida de muchísima gente. Hoy estamos a las puertas de un fenómeno idéntico. Bueno idéntico no, multiplicado por todo el potencial que tiene todo tipo de fenómeno en este bendito S.XXI.




Se van a destruir empleos. A saco. Van a desaparecer profesiones enteras, colectivos enteros de profesionales. Y no, la visión poética de que en realidad se sustituirán unos puestos por otros no es cierta. Que si, que aparecerán nuevos tipos de trabajos mucho más cualificados, pero no nos engañemos, la proporción de empleo destruido por empleo creado no será 1-1. Ni de lejos. Ni de broma.

Taxistas, transportistas de todo tipo, call centers, incluso auxiliares de enfermería, camareros, cocineros o administrativos. La lista puede ser interminable.



Estos 3 puntos nos dibujan un mundo totalmente diferente al conocido hasta ahora. Al final, la cuestión de fondo es que cada vez va a ser más difícil tener capacidad de generar algo que a los demás le sea útil, que al fin y al cabo es lo que ha determinado siempre en nuestro sistema si uno era capaz de ganarse la vida o no.


Va a ser cada vez más difícil, porque cada vez la competencia va a ser más global, más abierta y más feroz, porque las materias primas que poder trabajar van a ser más escasas y por tanto menos accesibles, y porque cada vez más muchos trabajos van a acabar haciéndolos las máquinas.


Por todo esto precisamente, cada vez los millonarios son más millonarios. Porque ayer el que era capaz de generar valor, se lo reconocían en su pueblo y de ahí no pasaba, porque en el pueblo de al lado había otro que hacia algo muy parecido. Los dos tenían su parcela, vivían en ella y todos contentos.


Hoy en día el que es capaz de generar un valor diferencial de verdad triunfa en el mundo entero. Es extremadamente difícil que se te ocurra crear Facebook, Whatsapp o Angry Birds, pero si se te ocurre te lo compraran 1.000 millones de personas. Literalmente. Y pronto serán 3.000 o 4.000 millones.


Así que la dificultad extrema de generar valor hoy en día es precisamente lo que premia tanto al que es capaz de generarlo. En realidad son las reglas de siempre, pero en un periodo de la historia de competencia voraz y con escasez de recursos donde para generar algo que sepan valorar los demás hace falta ser un verdadero genio.


Eso deja al ciudadano medio Occidental en una situación desconocida para él hasta la fecha.


Esa grandísima dificultad para ser capaz de generar valor para los demás, va a tener consecuencias obvias. Por ejemplo en el tema fiscal se va a  generar un nuevo paradigma en el que se va a “despenalizar” el trabajo, pues el que sea capaz de generar algo se le va a dejar que lo haga sin ponerle zancadillas. Por el contrario se va a penalizar cada vez más el consumo.


Porque como hemos visto en el punto 2 el tener a la sociedad programada con ansias de consumo creciente no se va a poder sostener. En el nuevo modelo, al consumista se le verá como un derrochador de recursos, y por ello, el IVA y los impuestos indirectos son sin duda los impuestos del futuro. 


El razonamiento será: “El que sea capaz de generar valor que lo haga, mientras, el que quiera derrochar recursos, que compense a la sociedad por ello”



Pero volviendo al principio, aquí la cuestión es que va a pasar en medio. Mientras termina de morir el viejo modelo y de nacer el nuevo. 

No nos engañemos, la vida de muchísima gente no va a ser lo que se esperaba que fuese. Mucha gente se va a quedar sin posibilidad de trabajar, o al menos de trabajar de forma continuada y estable y con una capacidad de ingresos suficientes para formar una familia dentro de los estándares mínimos conocidos hasta ahora en occidente.




En consecuencia muchos, pero muchos, muchos, se quedarán sin formarla. La natalidad caerá.


Y ojo aquí nos podemos incluir todos. Esto no hay que verlo como algo externo que les pasa a los demás. Esto nos puede pillar a cualquiera. Como ya se ha explicado en este blog no va a haber empleo estable, ni “bien remunerado”, salvo contadísimas excepciones que no harán sino confirmar la regla.


Por tanto ¿a qué reacción social nos enfrentamos con esto? La cosa cuando se piensa detenidamente da, cuanto menos, respeto.

Y es que estamos en tiempos de descuento. El siguiente lustro va a ser crítico. El año 2020 se dibuja como un horizonte complicado. Y no es por el símbolo psicológico de la fecha 20-20 si no, porque para entonces van a ocurrir cosas muy graves.


Centrándonos ya en nuestra querida Expaña, podemos hablar de cosas tan serias como el agotamiento de la caja de la Seguridad Social ¿Qué narices piensan hacer cuando  suceda? O cosas como el ajuste prácticamente a 0 del déficit de cuentas publicas que se nos exige para entonces. 

Y es que los servicios públicos de los que todavía disfrutamos se pagan con una situación irreal de burbuja de crédito público como nunca antes se había conocido. ¿Cómo va a estallar esa burbuja? ¿Cuándo lo hará?


Vengan los que vengan la próxima legislatura les va a reventar todo en la cara. Ya da igual, rojo, azul, naraja o morado. A los verdes y magentas los damos por enterrados.

Evidentemente los 3 puntos que he expuesto, GLOBALIZACION TOTAL, ESCASEZ DE RECURSOS Y LA 3ª REVOLUCION INDUSTRIAL, ninguno de ellos dependen lo más mínimo de quien gobierne un país situado en una península al sur de Europa.


Como mucho se podrían haber tomado algunas medidas al vérselo venir. Pero ya hacemos tarde, ya no llegamos. En algún momento de la siguiente legislatura, seguramente hacia el final de la misma, cuando los que estén, sean los de siempre o sean los nuevos, se hayan mostrado incapaces de cambiar nada, la gente tomará verdadera conciencia de que esta situación ya no es temporal, que en realidad la palabra "crisis" nunca tuvo sentido porque esto era otra cosa. Y en ese momento podrá pasar cualquier cosa.

Nos daremos cuenta derrepente de que el mundo estaba cambiando bajo nuestros pies, que lo llevaba haciendo 15 años de forma drástica y que no nos dimos cuenta porque aquí nos estábamos mirando el ombligo. La maldita frase de “A ver si la cosa mejora” se dejará de oír, porque la gente habrá asimilado que en realidad desde el principio se sabía que no iba a mejorar. No al menos para una gran parte de la población de nuestra querida Expaña y de nuestro querido Occidente.


Así que como les decía al principio, uno tiene una extraña sensación, esa de que la gente lleva años esperando que las cosas mejoren, que un cambio de ciclo económico, o de gobierno puedan hacer que las cosas le vengan de otra manera, y que en realidad lo que cada día está más cerca es de que llegue el momento del gran desengaño.


Los que me conocen saben que soy un hombre templado, pero si les soy sincero llevo unos días que todo esto me viene dando un poco de vértigo.


Saludos y mucha suerte.


FICHARA.