miércoles, 30 de abril de 2014

LO QUE NADIE QUIERE CONTAR (II)



De todos los post que se han escrito en este blog, el que más ha gustado, el más compartido y leído ha sido LO QUE NADIE QUIERE CONTAR. En esa entrada se hablaba de como lo que está pasando en el mundo es en realidad que muchos países que dábamos por supuesto que nunca despertarían, lo están empezando a hacer, y que frente a eso, la supremacía Occidental está viniéndose a menos.

En realidad casi todo el blog va un poco sobre eso, sobre como los que somos hijos de los 80 vamos a pasar de ver de niños un mundo donde Occidente lo dominaba todo, a ver cada vez más un mundo totalmente globalizado donde las diferencias entre países cada vez son más difusas, y como lo es de hecho, el mismo concepto en sí mismo de país.

Bien, lo que se explicaba en aquel post, lo que está realmente pasando en el mundo y que se ha puesto de manifiesto en Occidente de manera clara desde 2008 es algo en realidad muy sencillo de entender y que puede explicarse en minuto y medio. Y no tiene nada que ver con las hipotecas basura, ni con el €, ni con la corrupción política.

Todo eso son aspectos superficiales que para nada corresponden a la verdadera explicación de lo que está pasando en nuestro globo.  Explicación que por cierto jamás oirán a ningún dirigente político, o al menos a ninguno occidental, debido a las connotaciones sociales que pueda tener.

Sin enrollarme más (hoy me había propuesto que el post quedase corto), vamos con el razonamiento y explicación de minuto y medio sobre lo que realmente está pasando en el mundo, y que cualquiera puede entender.

En este globo somos 7.000 millones de personas. Es pura, material y físicamente IMPOSIBLE que los 7.000 millones de personas vivan como la clase media occidental, o al menos como la clase media occidental de hasta 2008. Esto es algo que todo el mundo puede entender y que cualquiera estará de acuerdo.Es un problema de recursos físicos del planeta.

7.000 millones de personas no pueden tener por ejemplo coche, o coger un avión para irse de vacaciones aunque sea solo un vuelo al año y en una compañía low-cost.




Bien, teniendo claro pues que 7.000 millones de personas no pueden tener ese ritmo de vida, solo nos quedan 3 opciones posibles:

1/ Aceptar la desigualdad. Unos pocos tendrán esa forma de vida y la gran mayoría no.
2/ Igualar por abajo. Si llegamos a la conclusión de que las desigualdades son tremendamente injustas y que la prioridad debe de ser evitarlas, como es físicamente imposible igualar por arriba, la única opción posible es igualar hacia abajo.
3/ Dejar de ser 7.000 millones de personas compartiendo globo y pasar a ser por ejemplo ¼ de esa población.

Comenzando por la última, parece claro que eso no va a pasar. O al menos no va a pasar en un periodo de tiempo en el que los hijos de los 80 lo vayamos a ver. Sí que es muy posible (personalmente creo que seguro) que a muy largo plazo se pongan medidas a nivel global de control de la natalidad, pero en cualquier caso es algo que tardará mucho en llegar, y que la reducción de la población se hará sin grandes traumas (ni guerras ni virus ni cosas similares) si no que será un proceso calmado y que por tanto llevará su tiempo.

Bien, descartada en un plazo de tiempo que podamos llegar a ver la 3ra opción, vayamos a fijarnos en la 2da. Igualar por abajo. Quizás algunos de los que estén leyendo esto pensarán que lo prefieren antes de que haya grandes desigualdades porque eso les parece tremendamente injusto. Y tienen razón, es extremadamente injusto.

Pero pensemos por un momento lo que significaría igualar por abajo, vivir 7.000 millones de personas de una forma uniforme. Realmente supondría un frenazo de desarrollo y progreso científico y tecnológico tremendo. Y el desarrollo científico y tecnológico no es solo tener un Smartphone en el bolsillo, es por ejemplo también desarrollar nuevos avances médicos. Sería como meternos en una especie de II Edad Media o II Edad Oscura.
Por lo tanto la 2da opción, la de igualarnos todos por abajo parece que tampoco es deseable del todo.




Nos queda entonces pues una sola opción, la 1ra, la de la desigualdad. Aceptar que mientras seamos 7.000 millones de personas en este planeta la única forma de que algunos vivan como un ciudadano medio occidental hasta 2008 es justamente esa, que solo lo hagan algunos.

Si nos paramos a pensar, siempre se ha escogido esa opción, la de que sean unos pocos los que vivan así y la gran mayoría no lo hagan. Eso no es nuevo, no es algo que comenzase en 2008, lleva siendo así un montón de décadas, por no decir algunos siglos ya.

¿Entonces, si siempre ha sido así, si siempre ha habido desigualdad, que es lo que está pasando y cuál está siendo la gran diferencia desde 2008?
Muy fácil, y aquí viene lo duro de verdad y lo que ningún dirigente occidental se atreve a reconocer: ”El criterio para determinar quién accede a ese nivel de vida y quien no ha cambiado radicalmente.”

El criterio hasta 2008 (no es matemático lo del 2008 pero lo utilizo como referencia por ser el año en el que se puso de manifiesto lo que estamos llamando “crisis”) era que se determinaba quien accedía a ese nivel de vida y quién no bajo algo muy simple: donde habías nacido.

Si el mundo te había sonreído y habías tenido la suerte de nacer en un país rico, industrializado, desarrollado…en definitiva occidental estabas de suerte, a alguien de ahí arriba le habías caído bien y te había traído a vivir al llamado 1er mundo.
Ese era el criterio, si nacías en un país occidental accedías a ese nivel de vida, y si no, no. No tenías ninguna posibilidad.

El gran cambio que estamos viviendo, lo que realmente está pasando en el mundo, es que ese criterio se ha roto. Ahora ya no se determina quien accede a ese nivel de vida por donde hayas nacido, sino que son otros factores los que lo hacen.

Por tanto se puede decir que la protección que les daban los estados occidentales a sus ciudadanos cada día que pasa se diluye más, los conceptos 1er y 3er mundo se difuminan cada vez más y se entremezclan en lo que se ha pasado a llamar 4to mundo (la pobreza dentro de los países supuestamente ricos).




Asimilando lo que se acaba de exponer se pueden explicar muchísimas cosas y fenómenos, como porqué los movimientos de extrema derecha cada vez tienen más fuerza en Occidente (y los de extrema izquierda que en el fondo comparten muchas cosas, ya saben los extremos se tocan), o como la verdadera lucha y sed ahora mismo en el mundo es por el talento venga de donde venga, o entrever hacia qué mundo vamos.

Pero no me quiero meter ahí por no marear más por hoy, y tampoco quiero ponerme a explicar cuáles son los actuales criterios para determinar quién accede a un determinado nivel de vida y quien no (sería largo de explicar y más duro aún de asimilar así que lo dejamos para otra ocasión que hoy ya se ha dado bastante caña).

Solamente quédense con una idea muy simple: 7.000 millones de personas no pueden vivir como el occidental medio de hasta 2008 y ante eso la única opción que queda es la que ha quedado siempre, que hayan grandes desigualdades. Lo que ha cambiado es el criterio para determinar quién accede a ese nivel de vida y quién no. Haber nacido en el llamado 1er mundo ya no vale.

Y para acabar les dejo con una foto que me impactó, la de los líderes de los BRICS posando para mayor cachondeo en orden del acrónimo, y sí los BRICS no es solo un nombre asignado a los emergentes más potentes,  sino que estos 5 países tienen sus propias cumbres y se reúnen para organizarse y hablar de sus cosas. ¿Se imaginan algo así en los 80?






FICHARA

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