Me encanta cuando la vida da lecciones a una sociedad
entera.
No voy a explayarme
con lo que se merece o deja de merecer esta sociedad nuestra que convive junto
con los discretos vecinos portugueses en esta península del sur de Europa,
porque podrían salir de aquí 3 libros.
Pero tengo que decirles que el caso de Eva Sannum me
encanta, es de mis preferidos.
Primeros años del siglo presente, nuestro Príncipe, tras
algún fallido romance, y con una edad en la que digamos se estaba despidiendo
ya de la juventud, establece una relación con una guapísima modelo noruega.
Hay que decir que el Príncipe siempre fue muy discreto con su vida privada, y si se dejaba ver en público con alguien es porque la cosa iba en
serio.
No soy monárquico, de hecho espero y deseo que los hijos de
los 80 lleguemos a ver una España federal y republicana.
De entre todos los
cambios que vamos a vivir y entre todas las incógnitas que hay ahora mismo
encima de la mesa, quizás la más difícil de acertar, y la más impredecible es si nuestro Príncipe llegará a reinar. En cualquier caso, su hija no creo
que lo haga.
Eso sí, el Príncipe me parece un buen tío, tengo que reconocérselo,
sensato, preparado y porque no decirlo, con presencia y empaque. Ya saben, la
cosa estética y tal.
El caso es que Don Felipe parece que se nos enamoró de una
rubia del norte.
Oye, y la chica era bien maja, educada, discreta y
reservada. Con ese aire tan característico nórdico, que con la misma
naturalidad se mueve por Oslo en bici, como va a una cena de gala acompañada de
herederos de coronas de toda Europa.
Pero la sociedad española no lo vio así: “¿Una modelo? ¿En
la corona? Que inapropiado!!!, Ohh!!! Uhhh!!!!! Ahhh!!! Algo así es lo que se
oía en cualquier rincón de España entre el 2000 y 2002 allá donde hubiesen más
de 2 señoras reunidas.
Esa envidia tan española, con ese tufillo rancio tan nuestro,
no pudo contenerse y sacó toda la artillería pesada.
Una plebeya!!! Que desfila en pasarelas…IMPOSIBLE!!! La poca materia gris que quedaba en el cráneo de muchas mujeres de cierta edad
parecía que iba a implosionar. Su escaso tejido encefálico no podía asimilar
semejante bajeza.
Así que se la cargaron. La que pudo haber sido un auténtico
orgullo de reina y que además nos podría haber traído un poquito del civismo del
norte que tanta falta nos hace por aquí, no fue.
Lo divertido y gracioso es la que vino después. ¿No
aceptasteis a la chica nórdica de la bici? Pues ahora os coméis a la “Trepicia”
imbéciles!!!!
Y es que ya nos lo han dicho muchas veces, lo que no puede
ser, no puede ser, y además es imposible. Eva Sannum era demasiado nivel para
esta sociedad nuestra, ni la chica nos merecía a nosotros ni nosotros nos la merecíamos
a ella.
Por cierto, para el que se lo pregunte, ella está casada y
con hijos, les dejo una foto real reciente, de ella, la verdad parece feliz, y
yo que me alegro. Que vea la sociedad española lo que se está perdiendo:
Le deseo lo mejor, que ojala el matrimonio le dure toda la vida,
pero oye si algún día se separase, estaría bien que nuestro Príncipe dejase a
la anoréxica, y se reencontrase con ella ¿no? De hecho dicen que de vez en
cuando se siguen viendo.
Sería un final increíble para un cuento de príncipes y
princesas ¿no les parece?
FICHARA
Totalmente de acuerdo. A mi Eva me encantó desde el principio, fue injusto el trato que se le dió, y seguro que habría sido una gran Reina, no digo que Leticia lo haga mal, pero la verdad nunca me ha gustado, entiendo que el papel que ha elejido no es fácil, pero la veo siempre tan poco natural y fria, no se, siempre tan seria. En fin, me alegro que Eva reiciera su vida que se lo merecía y tiene una gracia natural y da una sensación de cercanía que Leticia nunca podrá tener.
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