TIC-TAC, el tiempo corre. Cada segundo de vida que pasa no se
puede recuperar.
Uno de los graves problemas de la cultura occidental es que
vive de espaldas a un hecho irrefutable: todos vamos a morir.
No, en serio, vamos a hacerlo. Y quizás sea dentro de 50
años, pero quizás lo sea dentro de 50 horas, ni tú ni yo lo sabemos. Afrontemos ese hecho de cara, porque vivir anestesiados
a eso nos puede hace perder la perspectiva de las cosas.
Es precisamente la condición finita de nuestras vidas la que
hace que sean importantes. Es esa la
razón que hace que ser feliz hoy tenga sentido, no esperes a mañana, se feliz hoy.
Nos han enseñado a que vivamos soñando, a que estemos siempre expectantes de alcanzar
algo, a llegar a algún sitio, no se sabe muy bien dónde ni cuándo. Olvídate de
esa basura.
Todo eso son historias, la felicidad está en nosotros, es
una actitud. A nivel material con no pasar hambre y frío ya se puede ser feliz.
Algunos dirán que hay que tener ambiciones en esta vida. Para ellos se las
dejo. Porque el mayor logro que se puede alcanzar es estar a gusto y en paz con
uno mismo. Cuando lo estás lo demás no importa, la sonrisa te viene a la cara
sin darte cuenta.
No hay cosa más triste que ver una persona mayor amargada,
ese viejo que todos conocemos con cara de perro. Toda una vida y no han
aprendido nada. No han sabido que pueden ser felices, que es simplemente una
cuestión de actitud. Pena me dan.
Una actitud sí, porque la vida la comparo con unas
vacaciones. En unas vacaciones las cosas te pueden salir bien o mal, te pueden
salir las cosas como habías planeado o no, puedes tener tus más y tus menos con
otras personas, pero solo una cosa es seguro: las vacaciones se acabarán.
Y cuando llegue ese momento solo habrá importado una cosa:
la actitud con la que te hayas tomado las cosas, lo demás no importará, ya no
podrás hacer nada, tus vacaciones se habrán acabado.
Con la vida pasa lo mismo. Puedes ser rico, puedes ser
pobre, puedes tener plena salud o puedes tener alguna enfermedad, puedes estar
con alguien o puedes estar solo…pero al final lo que te llevas a la tumba es la
actitud con la que te hayas tomado las cosas en tu breve paso por este globo.
Dicen que la depresión es exceso de pasado y la ansiedad
exceso de futuro. Y es totalmente cierto. El pasado, pasado está, y el futuro
llegará antes de lo que pensamos. Así que solo nos queda el presente. Vivir
hoy, ahora, este mismo momento. No hay razón para no disfrutarlo y saborearlo. Sonríe.
Disfruta de las pequeñas cosas, suena a tópico, pero en
serio hazlo. Si te gusta la música procura escuchar música a menudo, si
disfrutas de una birras con amigos procura quedar a menudo con ellos, si te
gusta el mar ves a la playa.
Despégate de las cosas materiales, no tiene ningún sentido
lo que la mayoría de las veces sufrimos por ellas, que les den.
Descansa bien. Estar mal dormido nos desajusta el cuerpo
entero, si tienes que madrugar, acuéstate pronto, al día siguiente te aguantarás
mejor a ti mismo y a los demás.
Si sufres por algo supéralo, cada día que pasa de tu vida es
un día menos que te queda. Y da igual si vas a vivir 60 años más o solo 6
meses, cada día que pasa no vuelve. Deja el sufrimiento atrás y disfruta a
partir de ya del tiempo restante.
Mientras estés aquí podrás hacer y sentir cosas, luego ya
no. Parece obvio, pero la mayoría de la gente suele olvidarlo.
Trata bien a los que tengas cerca, la inmensa mayoría de las
veces te lo devolverán con la misma moneda, y si alguien no lo hace, no te
sofoques, ten paciencia, quizás esa persona aún ni siquiera sabe que quiere ser
feliz, trata de guiarle.
Intenta ser optimista, el que es optimista al menos tiene
opciones, el que es pesimista no tiene ninguna.
No dejes que el odio te invada, si cerca de ti hay alguna
persona tóxica intenta ignorarla, y si puedes, apártala de tu círculo. Si dejas
que el odio te invada te acabará haciendo más daño a ti que a él.
No esperes a hacer nada extraordinario, porque lo más extraordinario que puedes hacer
es trasmitirle alegría a otras personas. Sonríe a la gente y alguien te
devolverá la sonrisa. Y que sea una sonrisa sincera, no una pose social.
No marujees, ni critiques, deja que cada uno viva su vida.
No juzgues a los demás, cuando alguien juzga a otra persona solo se califica a sí
mismo.
Olvídate de las reglas sociales, las reglas te las pones tú,
los prejuicios están en tu cabeza.
Disfruta del camino, no esperes al fin de meta, ni siquiera
a la siguiente etapa, disfrútalo ya.
No tengas miedo a lo desconocido, al que vendrá. Siempre hay
una salida, y si no la hay es que no tenía que haberla, por eso es tan
importante que hasta entonces disfrutes de cada momento.
TIC-TAC...
FICHARA
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